SIN HÉROES NO HAY FUTURO
SIN HÉROES NO HAY FUTURO
Publicado en el Diario Montañés. 2 de octubre de 2011
Antes era la ONU, la UNESCO o UNICEF, pero ahora los organismos internacionales que más nos suenan a la fuerza son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La gravísima crisis económica que cada día cierra más empresas y asfixia a más familias acorrala también nuestros pensamientos con las siglas de estos centros de poder financiero que lanzan un día sí y otro también mensajes tan preocupantes sobre la economía mundial, sin ofrecer a cambio soluciones y respuestas, como está en el origen de por qué y para qué fueron creados organismos semejantes: el FMI, en 1945, y el BM, en 1944. En la web de este último, bajo sus iniciales, reza la siguiente máxima: «trabajamos por un mundo sin pobreza». Y en los datos fundamentales sobre sus fines, la web del Fondo Monetario Internacional refleja lo siguiente: «el FMI busca fomentar la cooperación monetaria internacional, afianzar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover un empleo elevado y un crecimiento económico sostenible y reducir la pobreza en el mundo entero». Perdonen que ponga en cuestión las intenciones de ambos, cuando sus pasos y decisiones se tornan en inestabilidad financiera, el comercio está estancado y el empleo decrece a pasos agigantados. Sabemos de sobra cómo está la situación, pero cuando se acompaña de mensajes de pesimismo, de recesión e, incluso, se llega a decir que estamos al borde de precipicios y abismos, es para poner en cuestión la labor de los responsables que rigen las reglas de la economía mundial. Si los que están no pueden hacer ni convencer, que vengan otros ya.Cuando Japón tuvo su último terremoto el 11 de marzo de 2011, la destrucción de la central nuclear de Fukushima, llegó a trasladar a la opinión pública mundial que lo allí acontecido suponía el apocalipsis. El país del sol naciente sigue en pie y se está reconstruyendo.
Nuestra economía necesita héroes que lo den todo por el momento actual que atravesamos. No me basta con oir de abismos, de bancarrotas, de recesiones, de Grecia y, nuevamente, de la situación inacabada de los bancos, que hoy tienen telarañas en sus cámaras acorazadas donde guardan los fondos de sus clientes y negocios. Exigimos y queremos soluciones, explicadas con cordura, rápidas, serias y eficaces, con la unión de todo el mundo, para que la recuperación vaya calentando motores y de ahí sea efectiva en los próximos años. Un 2012 como el actual no se soporta. Tampoco hablar de fechas largas, para añadir que a partir de entonces las cosas se normalizarán.
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