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Saber tratar a los ciudadanos.

La repatriación del misionero enfermo de ébola a España ha vuelto a poner de manifiesto que, pese a traerle en un avión preparado para este tipo de traslados, como país, no estamos a la altura de lo que muchas veces demandan la lógica, en primer lugar, y los propios ciudadanos, también en primera lugar compartido con la lógica. Antes si quiera de subir al enfermo al avión, desde Madrid ya se está filtrando a la prensa que los gastos de esta decisión humanitaria tendrán que ser abonados por la congregación religiosa a la que pertenece el sacerdote español. No quiero pensar lo que se hubiera dicho y pedido de una estudiante en ese suele africano, contagiada también por la misma enfermedad, tan temida como desconocida en pleno siglo XXI.

Cosas como estas son las que nos mantienen a mucha distancia de norteamericanos, ingleses, franceses o alemanes. Ellos tratan a sus compatriotas como dioses. Son intocables, y cuando tienen un problema fuera de sus fronteras, remueven Roma con Santiago para hacer todo lo que esté en su mano por ese ciudadano que necesita de su país y de su gobierno. Antes, como primer paso, no le preguntan si tiene dinero o le atemorizan con que le van a cobrar una factura millonaria para ir a buscarle. Aquí sí. Aquí se producen situaciones lamentables, de chiste típico de Pepe Gotera y Otilio, que hace que fuera nos respeten lo justo, más bien poco, pero que dentro del propio país seamos muchos los que no encontramos explicación para tanto disparate, cicatería y utilizar el dinero de todos con semejantes ahorros que nadie pide, más petición de justificantes o pagar a escote.

Cuando se producen atropellos como lo hecho con el misionero enfermo de ébola, las marchas atrás y las disculpas, que tardarán porque alguien ve normal y corriente lo que ha hecho, ya no valen. Siempre, repito, siempre, hay que saber tratar a los ciudadanos. Hay que hacerlo con respeto, comprensión, diálogo, discreción, sencillez, y explicaciones entendibles a todos los niveles. ¡Casi nada acabo de decir, para algunos! Por mucha carrera que se tenga, hay personas que jamás llegaran a entender esta simple lista de actuaciones.

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