No a cargarse Canarias

Tengo que decir cosas nuevas sobre Canarias para convencer a más de que es demasiado bella y hermosa, un rincón irrepetible del mundo, que no puede ser contaminado permanentemente por la ambición y el negocio del petróleo y del fracking. El Gobierno Central acaba de decir sí a las prospecciones petrolíferas en las Islas Afortunadas, y ha hecho saltar por los aires la lógica, el medio ambiente, la conservación de lo más hermoso que tenemos, y dejar de entender cómo es posible que se cuide (es un decir) una ciudad con cien obras inexplicables y absurdas al año, y no se proteja Canarias de las multinacionales, los ejecutivos que han originado esta crisis mundial, y los intereses que van a hacer vivir mejor a cuatro pero no a 400.000. Los canarios, ni siquiera a su gobierno, han sido escuchados a la hora de adoptar esta medida, que va a ser muy contestada. Estoy seguro de que Canarias y el resto de España no se van a quedar quietas con esta malísima decisión, sin pies ni cabeza, salvo por los intereses concretos en los que estás pensando y llevas razón. Ya no estamos en los años setenta donde todo se podía hacer para arrepentirse en los posteriores años de la democracia, porque las catástrofes permitidas (como ahora se pretende en Canarias) fueron toda una aberración.

 

Si España no tiene aún claro lo que recibe de su turismo (lo único que funciona en la actualidad y nos salva), lo que supone cuidar su medio ambiente y sus aguas, ¿qué marca España vamos a vender en el exterior? Es todo una milonga porque no se respeta lo más básico como es nuestro propio suelo, que nos da vida, nos da de comer, nos cobija y nos protege de las inclemencias. Es inaceptable, rechazable y a combatir que se antepongan los viejos negocios de siempre y de los de siempre, a las personas y su hábitat natural. Hace cuatro días nos decían que nos fuésemos olvidando del petróleo a favor de otras energías alternativas, y vemos toda la mentira que hay cuando seguimos machacando la tierra, la más bella en este caso como Canarias, para que unos pocos sigan viviendo como marajas del esfuerzo de tantos cientos de miles que han logrado una Canarias, sencillamente, maravillosa. ¡No a destruirla. Todos por Canarias!