Lacrimóngeno anuncio de loteria de navidad

No voy a posicionarme ni a favor ni en contra del anuncio de la Lotería de Navidad que este año se emite por televisión. Refleja, eso sí, una España en la que hay que mojarse por los demás, y dejar las avaricias para los tiempos de tarjetas de crédito opacas y de la larga lista de chorizos y avariciosos que han llevado a este país a la ruina. Alguien que siempre coge en su bar un décimo navideño, esta vez no lo ha hecho, toca el gordo, acude al local, todo el mundo lo está celebrando, pide un café, le dice al tabernero amigo que se lo cobre, y le reclama veintiún euros, lo que vale el café y el décimo premiado que no había recogido. Yo le pondría más alegría a un anuncio como este, pero tampoco voy a negar que es bueno y que consigue, al menos las dos o tres primeras veces que lo ves, que se te escape una lágrima porque piensas que de la condición humana no está aún todo perdido.

“Antonios”, que es como se llama en el spot el dueño del bar, “Antonios” y “Antonias” hay muchos en este país. ¡Menos mal! Son los que han mantenido este país de extremos en los últimos años. Años en los que, mientras se exigía a los ciudadanos que se cortaran en todo, otros esquilmaban bancos y cajas, y otros perdían empresas y negocios porque nadie les daba un crédito, por pequeño que este fuera. Se ha recortado mucho y se ha humillado también mucho al mismo tiempo. No miro a nadie, porque para mí los peores son los corruptos que encima tenían la jeta de pedir esfuerzos y comprensión a los demás, también por la televisión, como el Gordo de Navidad. Para aportar mi pequeño granito de arena, les voy a contar algo muy personal. Siempre me alegro un montón de que le toque la lotería a alguien que realmente necesita el premio. Alguien que está parado, a quien no le llega, que ve que sus hijos se quedan con hambre al acostarse, o que vive tan estrecho que jamás se puede permitir un pequeño exceso, de comer y beber en un buen restaurante. ¡Ojala que este 22 de diciembre de 2014 vuelva a suceder este maravilloso milagro! El de que la suerte acompañe a quien realmente necesita de ella.

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