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800.000 millones en tanques y bombas, más deuda, más pobreza

Me quedé ojiplático al oír la noticia de que la Unión Europea decide gastarse la friolera de 800.000 millones de euros en comprar más tanques, misiles y bombas. Así pretende resituarse dentro del nuevo panorama geopolítico que norteamericanos y rusos quieren para el mundo, dejando a Europa y a sus jefes de Gobierno en un segundo lugar de no contar para nada. Voy a ser muy claro: es un despropósito total, que acaba con los valores primordiales de la Unión, al frente de los cuales está promover la paz y el bienestar de los ciudadanos. Subrayo esto último. Porque gastarse semejante dineral solo va a traer más deuda, y más impuestos y pobreza.

No quiero engañarles ni gastar en balde algo de la dosis de optimismo que aún me queda. Cada vez que Europa se ha metido en inversiones multimillonarias para rearmarse, un país de forma unilateral o en grupo como ahora, hemos terminado muy mal. El anuncio que se hace para destinar, nada más y nada menos, que 800.000 millones de euros para comprar tanques y bombas, además de ser la mayor insensatez que he oído a día de hoy, choca frontalmente con los valores fundaciones de la Unión Europea. Es así, si atendemos al primer concepto que de desarrolla bajo el título genérico de Objetivos de la Unión dentro de sus fronteras:  Promover la paz, sus valores y el bienestar de sus ciudadanos.

La alemana Ursula von der Leyen (fue una vez ministra de Defensa), y el resto de comisarios que forman parte de la actual Comisión Europea, deben de releerse lo que somos y a lo que aspiramos. No queremos guerra alguna. Ni siquiera escuchar los tambores de la misma que no paran entonar determinados dirigentes europeos, caso del francés Macrón. Europa siempre se ha distinguido por la diplomacia. Sigan así. ¿A qué semejante y drástico cambio, que pone de manifiesto la poca altura de miras que tienen algunos máximos representantes de la actual UE?

Al plantear semejante gasto, que va a dañar a todas las economías de los países europeos y el bienestar social que propician, la presidenta de la Comisión dice: “Es nuestro momento y estamos listos para actuar”. Al tiempo, añade que esos 800.000 millones van a salir de la flexibilidad fiscal y prestamos varios, principalmente del Banco Europeo de Inversiones. En definitiva, y pensado concretamente en España, endeudarnos más (ahora debemos 1.621.514,9 millones, cantidad que asusta) y empobrecernos al tiempo también más.

“Semejante gasto que va a dañar todas las economías, pensado en España, endeudarnos más, ahora debemos 1.621.514,9 millones, y empobrecernos”

Les comento otra ocurrencia respecto al panorama económico decreciente que nos viene. Se va a crear una partida de 150.000 millones de euros, en préstamos, con los que financiar misiles antiaéreos, artillería, drones, y sistemas para enfrentarse a ciberataques. Hemos perdido la poca cordura que nos quedaba, y la sociedad civil ha de movilizarse rápidamente en favor de la paz y en contra del rearme, gastando asílos impuestos de los ciudadanos. 

Desde luego, dentro de este nuevo contexto, Europa no vive su mejor momento. Es cierto que de ello se encargan mayormente el presidente norteamericano, Donald Trump, y el ruso Vladimir Putin. Pero la Comisión Europea, como Gobierno de la UE que es, hace ya tiempo que no se hace entender en sus decisiones, y son corresponsables de este incremento del euroescepticismo, dentro, y de la eurofobia, fuera.

Los europeos no queremos conflicto alguno en el viejo continente. No existe además el suficiente sentimiento de defensa europea, llamémoslo patriotismo, como tiene de sobra el pueblo norteamericano y no digamos los rusos. Dinero, dinero y dinero para rearmarse, mediante endeudamiento y préstamos, pero no se quiere acometer lo de un Ejército Europeo, algo de lo que se viene hablando en los últimos veinte años, aunque ya llegamos tarde, pero dando un pésimo ejemplo de unidad real europea, que es otro gran fallo del sistema actual (de los 800.000 millones se ha desmarcado Hungría).

Lo de que Reino Unido abandonara la UE y que se haya hecho una reunión de mandatarios en Londres resulta de traca. Y lo mismo cabe decir de la decisión posterior al encuentro de que ingleses, franceses y ucranianos van a presentar un plan de paz a Trump para calmarle del follón monumental que está montando en todos los terrenos, aunque en este caso nos ocupa la Guerra de Ucrania.

¿En qué quedamos?, ¿se trata de buscar la paz entre todos o de hacerse más bélicos y prepararse para una gran contienda? En estos días me produce mucha tristeza, y también temor, ¡cómo no!, periódicos y digitales abriendo sus portadas titulando tal cual: que estamos en guerra. ¿Dónde está la cordura? No se puede manipular tanto, y ahora también en algo decisivo para la humanidad como resulta la paz general. A ver si el más cuerdo va a resultar ahora Trump cuando le dice a Zelenski en el Despacho Oval: “Estás jugando con la Tercera Guerra Mundial”.

Con lo de Ucrania, y el rapapolvo de Trump a Zelenski, en Bruselas no sobran luces que nos guíen por buen camino.  La historia nos demuestra que cada vez que hemos entrado en crisis profunda, solo hemos salido reforzados haciendo más Europa. Dicho de otra manera, es hora de reformas de gran calado. En los consejos europeos solo están los mandatarios que representan a los diferentes países, pero hacer valer ahora que somos europeos es ya otra cuestión. Estados Unidos ya no mira bien a la UE, y Rusia va a ser siempre un problema en lo querer ampliar sus fronteras. Los jóvenes europeos no están duchos en todo esto. Tampoco les hemos mostrado acertadamente lo que es y supone realmente esta Unión. Creo que es la cuestión más urgente a responder por parte de todos los jefes de Gobierno reunidos en torno a una mesa: ¿Qué Europa queremos? No creo que la primera decisión a tomar sea gastarse 800.000 millones de euros en tanques, lo que solo nos va a generar más deuda, más impuestos, más pobreza, y dejar de lado la inversión de los Estados en el bienestar de sus ciudadanos, porque, de aquí a diez años, hay que comprar todas las armas del mundo. Y Von der Leyen hace así el balance de sus primeros 100 días al frente de la Comisión. Dele usted la nota.

“La Comisión, como Gobierno de la UE hace tiempo que no se hace entender, y son corresponsables del incremento de la eurofobia”

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