El equilibro geopolítico internacional está roto. Mundo convulso se llama y se lo debemos a Putin, Trump, Netanyahu y la OTAN, que ahora aprueba que las economías gasten más en armas que en sanidad o educación. Es lo que manda el todopoderoso presidente norteamericano, jaleado por todos, incluso España, aunque ejerza el disimulo. Esto ya parece ir de zares en vez de democracias libres. Los ciudadanos no contamos dentro de este escenario de imposiciones. No es menos cierto que estamos inmersos en una parálisis consentidora. Se trata de un panorama tóxico en el que abundan dirigentes que creen que la paz solo la hace posible el rearme.
Deseo poner en boca de los que mueven los hilos en el mundo, la respuesta que yo no puedo ofrecer a mis hijos, cuando inquietos me preguntan por lo que está pasando con el aumento de las guerras, y las consecuencias inmediatas que esto puede tener para el resto de cpaíses que hoy viven inmersos en la paz, de ser contagiados por Rusia, Ucrania, Israel, Gaza, Estados Unidos, Irán y Qatar. Cito a los principales enfrascados en conflictos armados, y a los que les repercute directamente que el país vecino no deje de lanzar bombas y misiles contra su enemigo de siempre.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Donal Trump es el mandatario más peligroso e insensato que se recordaba. Además de no cumplir nada de lo que en campaña electoral prometió a los norteamericanos (“No voy a empezar guerras, voy a detener guerras”), resulta harto complicado analizar, incluso para la ciencia del comportamiento, lo que piensa en cada momento del día este peligroso presidente de Estados Unidos. Como dos y dos son cuatro, y tratándose de Oriente Próximo, vemos ya lo que es una propagación del conflicto por toda esta parte del mundo, y además en tiempo récord desde que empezó lo de Israel y Gaza.
Casi coincidente con el bombardeo de Irán por parte de Estados Unidos (está por ver lo conseguido en la eliminación de armas nucleares), se produce la reunión de la OTAN en La Haya, con un único mandato de Trump: que los países miembros incrementen al unísono su presupuesto en defensa. La propuesta contaba con la postura contraria de España, que no ha conseguido nada, pero que nos sitúa en un nuevo escenario internacional donde amigos de antes ahora nos miran de reojo y con desconfianza. También hemos perdido la amistad de Estados Unidos. Puede que la intención del Gobierno de España de gastar menos de lo requerido en rearme sea loable, pero el momento y la forma elegida no han sido las mejores, en una clara intención de solapar los problemas internos que vivimos en el país, ante lo que se ha querido confrontar esto del 2,1 de techo de gasto defensivo en vez del 5% exigido por Estados Unidos, que manda en la OTAN. Finalmente, lo aprobado es lo que pide Trump. Pero es que de La Haya sale además reconducido el eje Londres-París-Berlín, y una vez más España queda descolocada dentro del ajedrez del poder real en la Unión Europea y geopolítico internacional.
“Deseo poner en boca de los que mueven los hilos, la respuesta que yo no puedo ofrecer a mis hijos, cuando me preguntan por el aumento de las guerras”
Se dedique más o menos dinero al rearme europeo, no deja de ofrecer malos augurios la locuacidad que muestran los primeros ministros presentes en la cumbre de la OTAN, respecto a la activación de los tambores de guerra, y señalando claramente como enemigos a Rusia y sus aliados principales, dentro de los cuales está por cierto Irán. Pareciera como si los mandatarios mundiales hicieran oidos sordos sobre que los ciudadanos queremos vivir en la paz, sin conflictos que reanuden viejos fantasmas, pero ellos están a que “Europa pagará a lo grande” (dice Trump que España el doble), tal y como le aseguró en un mensaje el dócil secretario general de la Alianza, Marck Rutte, al presiente de EEUU.
No nos engañemos. Esto de aumentar el gasto en defensa le va a venir muy bien a la industria armamentística norteamericana y, de paso, a la francesa y alemana, pero bien poco se va a comer España de esta tarta ya repartida de antemano. Por eso resulta una gran farsa enlazar este deseo armamentístico con otros conceptos como estado del bienestar, sin recortes, cuando la realidad es que se trata de un gran negocio cerrado, a expensas simplemente de esta puesta en escena política que supuso la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya, los días 25 y 26 de junio de 2025.
Trump ha ejercido de auténtico director de orquesta en la reunión atlántica en Países Bajos. Incluso no ha parado de vender el éxito total del bombardeo de las plantas nucleares iranies, cuando sus propios servicios de inteligencia avisan de que hay que ser prudentes con lo logrado o no logrado respecto a la carrera nuclear en la que está inmerso Irán desde hace demasiados años. Si algo ha demostrado el régimen de los ayatolás es que siempre guardan ases en la manga.
De sumar acciones y decisiones de Estados Unidos, Israel y ahora la Alianza Atlántica, solo nos espera inestabilidad y receso económico. Para nosotros, ya veremos hasta dónde llegan las amenazas de Trump para hacer descarrillar la economía española. Los presidentes de las principales naciones del mundo han dejado claro que el bienestar social, dentro del cual está la sanidad y educación, está supeditado a la seguridad y que primero va a ser inyectar dinero a lo bestia en tanques y misiles. En España se ha tardado demasiado en explicar a los ciudadanos que, sea el 2,1 o el 3,5 o el 5% lo dedicado a “Rearmar Europa”, va a traer consecuencias nefastas para nuestro propio desarrollo. Ahora estamos a finales de junio, pero el 6 de marzo escribí que mientras nuestros socios europeos ya han anunciado recortes, aquí estamos al relato más conveniente, según el momento político que se viva. Aunque, por más que se quiera retorcer la verdad y los hechos, les voy a repetir algo sobre de dónde va a salir todo lo que invirtamos en rearme, defensa, seguridad (llámenlo como quieran): “Los países europeos tendrán que soportar tremendas inversiones, ¿cómo?, Comisión Europea: Aumentando impuestos o reduciendo gastos”. A esto que ya aclaró la belicista Úrsula Von der Leyen, hay que sumar ahora lo sentenciado por el secretario general de la OTAN al mandamás de Trump: “Europa va a pagar a lo grande”, y, según Donald, España, el doble.
“En España se ha tardado en explicar a los ciudadanos que, sea el 2,1 o 5% lo dedicado a “Rearmar Europa”, va a traer consecuencias nefastas”