La televisión es la que sigue mandando en España, y dentro de no mucho lo harán Twitter y Facebook. Un partido político con problemas de corrupción, tiene los días contados si no deja de aparecer en pantalla y redes sociales, siempre con el mismo tiki taka. Si metes la pata a la hora de comunicar algo, los programas de charlotadas y bufones lo van a emitir de por vida. Y si pierdes el debate con unos tertulianos de un lado y de otro, es como si un equipo de segunda B le mete en la competición de la Copa del Rey 6-0 al Real Madrid o Barça. La tele y las redes no son siempre justas, pero cortan el bacalao. Basta que un alcalde de Marbella acabe en la cárcel, para que una cadena le lave en cierta manera la cara porque no para de salir en pantalla. Es mucha la gente que no lo entiende, y también es lógico que defienda el mal ejemplo que se está dando a nuestros jóvenes, favoreciendo el trabajo de chorizos sobre el de los honrados a carta cabal. La respuesta que se da siempre es la misma: la audiencia es la que manda. También es verdad, porque si nadie viera a los personajes chuscos que aparecen en estos programas de la tele, ¡otro gallo cantaría! Lo mismo ocurre con entrar en las redes sociales. En nuestro país, si estás a las puertas de un juicio por chorizo, has robado por lo alto, eres un cantamañanas con las mujeres, te llevas a matar con un hermano, o escupes en el campo de juego a un contrincante en la cara, tienes todas las de ganar para triunfar en estos medios en los que se te ve o se te sigue.
El mal comportamiento y el insulto salen demasiado baratos. Le acaba de suceder a una alta dirigente política española, que ha tenido que abandonar Twitter porque algunos de sus seguidores no dejaban de insultar y meterse con sus hijos. Los tweets y lo que cuelgas en Facebook es también arma poderosa, porque la comunicación es directa y al instante, y ya no tienes que sacar una nota de prensa aclaratoria que aparezca al día siguiente por lo que hoy has visto en un periódico, y no te ha gustado nada. Las redes sociales mandan hasta para la televisión, que llena todos sus programas con lo que se dice sobre todo en Twitter acerca del tema que se
está debatiendo en ese instante. Si desde que se inventó la tele, no ha hecho otra cosa que ir a peor, no tengamos la más mínima esperanza de que con Internet vaya a ser al revés. Toda la jungla que se ha hecho con el control de lo que emiten las cadenas, tiene también sus realitys shows en las redes, y van para arriba en audiencia, marcando el paso a los valores, la honradez, y la fama ganada con esfuerzo real. Aun así, creo que somos más los que nos gusta decir algo, sin faltar a nadie.