Search
Close this search box.

PARAR LOS DESAHUCIOS


Bancos y Cajas de Ahorros tienen que hacerse un lifting rápido de marketing para hacer cambiar la opinión general de que muchos de los desahucios que se están produciendo son una auténtica injusticia. Extiendo la recomendación a que paguen las Preferentes, que no son, ni más ni menos, que dinero de ahorradores engañados que quieren que regrese a sus cartillas y bolsillos lo que es suyo. La crisis es la cascada más fea que he tenido que describir en mi vida porque acarrea paro, el paro la falta de ingresos, se acaba el subsidio, y terminan por quitarte la casa ante la falta de pago de la hipoteca. Pero hay muchos casos que son irracionales por el embargo que provoca adeudar realmente un pequeño puñado de euros. El Gobierno Central y los autonómicos deberían de estar alertas ante determinadas situaciones anómalas, para evitarlas. Como se está ayudando a los bancos, hay que prestar atención a casos concretos, donde no caben ideologías, porque son indecentes a las entendederas de cualquiera.

Si hay que reformar leyes, que se haga. Muchos van a quedar atrás sin nada, pero habría que ofrecerles otra oportunidad de recuperar su dignidad. Y a los que acecha el desahucio dentro de pocos meses, pues crear reformas con celeridad, porque en este país, cuando se quiere hacer algo de verdad y rápido, se hace. Estoy seguro de que la crisis pasará, pero este olor apestoso se mantendrá, y será algo que nos hará sentirnos mal con nosotros mismos, incluso como país que no ayudó a los suyos. Pudiendo evitarlo, es tonto hablar dentro de unos años del número de españoles que perdieron la casa en estos tiempos de crisis. Sería puro conformismo nacido del choque frontal de la incapacidad con la impotencia. Las consecuencias de la crisis son de por sí absolutamente malditas como para añadir más penuria al daño. Muchos de los desahuciados, como ancianos, enfermos o niños que acompañan a la calle a sus padres, ni siquiera son tratados como personas. A veces me parece que son sólo dos ojos y un cacho de carne.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *