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No querer recordar el covid y ahora toca la viruela del mono

SARS-CoV y ahora mpox, que es lo de la viruela del mono. Está visto que nos tendremos que habituar a siglas de virus que amenazan con convertirse en pandemias. Nos guste o no, la Organización Mundial de Salud enciende la alarma de cara a prevenir el nuevo contagio. Como siempre, África es el continente más perjudicado, y ahora se trata de reunir dinero para fabricar las vacunas necesarias que frenen la expansión mundial del virus, instalado ya en 75 países. Creo que todo lo vivido con el coronavirus debería ser suficiente para contar con mejores planes sanitarios globales, en vez de esperar a la solidaridad de los países ricos. 

Una cosa es querer pasar página, en todos los ámbitos, del covid, y otra muy diferente dar sensación de que bien poco hemos aprendido de esa pandemia, sobre todo para actuar mucho mejor en el caso de aparecer una nueva. La Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el 14 de agosto de 2024 una nueva emergencia sanitaria mundial, esta vez a consecuencia de la expansión de la viruela del mono. Hoy la mayor preocupación está en su propagación por África, que en lo que va de año ha registrado más de 17.000 casos y las muertes achacadas a mpox superan las 600.

No se trata de alarmar, y sí de saber lo que hay, y prevenir. Tenemos actualmente 16.000 casos en más de un centenar de países, y, según datos de la OMS y la ONU, el número de infecciones confirmadas ha aumentado en un 77%, además en muy poco espacio de tiempo. La situación es extremadamente grave en República Centroafricana, Burundi, Congo, Ruanda, Uganda y Kenia.

Creo que no falto a la verdad si digo que las autoridades sanitarias nacionales y regionales no han reaccionado aún a la emergencia decretada, en pleno agosto, por la OMS. Por lo tanto, los ciudadanos no conocemos aún el alcance de la alerta, por lo que convendría que la información al respecto empezara a ser fluida y abundante (prevenir, ¿recuerdan?). La viruela del mono se presenta con fiebre, erupción extensa y ganglios linfáticos inflamados. Es fácil confundirla con otras dolencias, así que vamos a citar un par de ellas: varicela y sarampión. En su fase de fiebre (1 a 3 días) se combina con otros síntomas como intenso dolor de cabeza, también de espalda, junto a una falta notoria de energía corporal. Tras la fiebre llega la erupción cutánea, de más larga duración, que puede cobrar forma de manchas y también póstulas que derivan en costras.

“No se trata de alarmar, y sí de saber y prevenir. 16.000 casos en más de un centenar de países, y el número de infecciones ha aumentado un 77%”

Una vez conocido a lo que nos enfrentamos, lo siguiente es saber que va a hacer la Unión Europea para prevenir, en la medida de lo posible, la transmisión de casos en suelo europeo. Antes de nada, sería necesario saber cuántos casos se dan ya en la UE, aunque España lidera esta lista con 8.000 pacientes desde el año 2022. Nuestro Ministerio de Sanidad habla de experiencia, y que la vigilancia y la vacunación son claves en el control del mpox. De acuerdo, vale,   pero nos enteramos ahora, y desde el 2022 a hoy han pasado dos años para haber informado mejor. Por su parte, la Comisión Europea se ofrece a coordinar la donación de vacunas y terapias contra la viruela del mono, para lo que antes ha preguntado a los 27 países socios que están dispuestos a hacer y aportar. La Comisión no puede estar a estas, porque lo que tiene que hacer es liderar una iniciativa rápida y eficaz, que gestione lo primero la consecución de los millones de vacunas que se necesitan, y que ahora son del todo insuficientes.

En sí, esta nueva declaración mundial de emergencia sanitaria debe llevar a las precauciones que ya conocemos de las malas experiencias del coronavirus. China quiere dar ejemplo esta vez, y su Gobierno ha ordenado controles en todos sus aeropuertos, para detectar la enfermedad. Estarán operativos, al menos, medio año. Y es que el brote actual de mpox es verdaderamente preocupante, y para tomárselo muy en serio. La primera variante afectaba principalmente a personas que mantenían relaciones sexuales, pero esta nueva que ha provocado la emergencia en todo el planeta afecta en un 70% a niños menores de 15 años. Todo indica que ahora es el contacto directo el vehículo común de contagio. Precisamente, esto es lo preocupante, con la gran movilidad existente en nuestro mundo.

Como suele suceder con toda pandemia, hay diferentes bandos. Uno habla solo de prevenir, mientras otros epidemiólogos apuntan a un nuevo contagio global. La Organización Mundial de la Salud pretende que haya vacunas y recursos para fabricarlas y llevarlas prontamente a África. Lo consideran la auténtica barrera de contención y control de este nuevo virus. Pero, ya ven, así estamos. No parece un mensaje contundente de que esta vez se va a actuar con total celeridad. La gran organización de la salud sabe sobradamente que controlar la dispersión de la viruela del mono es relativamente fácil, de contar los países con sistemas sanitarios adecuados, que no es el caso de la mayoría de naciones africanas, las más afectadas.

Me gustaría pensar que hemos sacado las conclusiones adecuadas del coronavirus, y lo podemos hacer mejor en adelante, solo que ese futuro vuelve a ser hoy, ya. La información y de ella la prevención son absolutamente necesarias. Las autoridades sanitarias, en este caso las europeas, deben proceder de la mejor manera para evitar el contagio. Puede que estemos ante un nuevo escenario de vacunación, especialmente para los grupos de mayor riesgo. Ya no hablamos nada del covid, como si no hubiera existido, pero tengo la mala sensación de que no vamos a dejar de oír lo de la mpox.

“China quiere dar ejemplo esta vez, y su Gobierno ha ordenado controles en todos sus aeropuertos. Estarán operativos, al menos, medio año”

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