Llegan las Navidades y siento que Valencia debe estar más presente que nunca en los deseos de todos los españoles. El olvido no puede ganar la batalla de una reconstrucción rápida, que se ve afectada, porque se nota debido al exceso de burocracia y falta de consenso entre todas las instituciones implicadas, que no se ponen de acuerdo en casi nada. Quienes primero ven y padecen esta situación son los afectados. Los alcaldes de la zona cero de la tragedia claman al cielo y piden que se cuente y ayude especialmente a los ayuntamientos, porque son epicentro en todas las localidades arrasadas por la DANA maldita.
Ahora que Cien años de soledad, la obra maestra de Gabriel García Márquez, es ya serie televisiva de éxito, creo que si el autor aun viviera, y al pararse en Valencia y lo ocurrido, repetiría una frase suya sobre el olvido, que dice que recordar es fácil para el que tiene memoria, pero olvidarse es difícil para quien tiene corazón. Que el pueblo ayuda al pueblo es una frase que cobró mucha fuerza tras las terribles riadas acaecidas el 29 de octubre de 2024. Aunque lo malo es que seguimos en estas, porque crece la desconfianza de lo que puedes esperar de tus Administraciones, cuando vienen tan mal dadas, como ocurre con los valencianos, y se las aprecia tan enfrentadas políticamente.
Da mucho coraje cuando alguien con experiencia y reputación atesorada, que sabe bien de las cosas de la vida, critica en público que los medios se fijan en La Palma, en Paiporta y demás municipios de Valencia demolidos, en las primeras horas, días y semanas, pero pronto las tragedias caen en el olvido colectivo, salvo para quienes las han padecido de lleno, y están sumidos en la ruina más absoluta.
A punto de acabar el año, y antes festejar la Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes, ¿qué pasa en Valencia, lo sabe usted? Pues pasa de todo. Los alcaldes de algunos de los municipios más afectados claman por mayor agilidad en las ayudas, para contratar ya los trabajos de recuperación. En las Cortes Valencianas no hay unidad para trabajar todos a una. Lo peor: aún hay desaparecidos. Entretanto, prima la incomunicación entre Madrid, Gobierno de España, y la Generalitat Valenciana. Y el culebrón no termina aquí, ya que lo judicial cobra más protagonismo que las ayudas oficiales, que a mi modesto entender debieran de ser lo que predominara desde el minuto uno.
“Los medios se fijan en Paiporta en las primeras semanas. Las tragedias caen en el olvido, salvo para quienes las han padecido”
Hemos sobrepasado ya la barrera de los 50 días respecto a la hecatombe valenciana. Aún las solicitudes y el debate giran en torno a los tres conceptos fundamentales: ayudas, agilidad y dinero en mano. Como instituciones más cercanas a la población, son los propios ayuntamientos afectados, sus consistorios y alcaldes, los que mejor pueden liderar las obras rápidas, para asó ofrecer realmente la sensación de reconstrucción y recuperación.
De todo lo que hemos oído hasta ahora, mucho de lo cual no se está cumpliendo, la FEMP, Federación Española de Municipios y Provincias, que agrupa a 7.412 entidades locales, acaba de aportar medidas de sensatez ante el cariz de la tragedia, y en busca de un consenso general, que ahora no se aprecia con la nitidez necesaria para el drama que se vive en aquella región.
Valencia necesita dinero fresco y, por lo tanto, urgente. Es más que sensato que los municipios asfixiados cojan también las riendas de la reconstrucción, y para ello piden que no se contemple con ellos, durante un tiempo a establecer, las reglas de gastos que imperan en la actualidad para los consistorios españoles. En este sentido, el Ministerio de Hacienda debe ser generoso a la hora de valorar los tributos que han de ser suspendidos temporalmente, como es el caso del IBI o el de los Vehículos de Tracción Mecánica, teniendo en cuenta que la riada ha destrozado 120.000 coches, que se dice pronto.
Si lo anterior resulta esencial, más aún lo es la petición de los alcaldes de toda España, representados por la FEMP, de que los créditos ICO sean reconducidos a ayudas que no supongan devolución alguna. Y que de esto se beneficien tanto familias, como empresas como autónomos. Los regidores valencianos más optimistas hablan de que antes de un año no se van a poder ver realmente avances, empezando porque las comunicaciones por carretera y ferroviarias se restablezcan de manera total, y aquí el Ministerio de Fomento debe volcarse con la situación real, muy mala, que se vive en esta comunidad.
Creo no equivocarme, si escribo que la sensación que tienen los ciudadanos, en especial los afectados, es que, una vez más, la burocracia y la falta de que todas las instituciones remen juntas, impide verdaderamente que el gran pesimismo reinante cambie a esperanza. Y también me atrevo a decir que los medios de comunicación tenemos que desempeñar un papel fundamental, a la hora de exigir y criticar que las cosas no se están haciendo como es debido. Porque no vale comportarse como siempre en este país, que cuando algo horrible sucede, las televisiones emiten sus informativos y programas de mayor audiencia desde la zona cero, pero no pasa mucho tiempo y ya comienza el olvido, desaparecen las noticias, y no se audita como es debido la gestión pública de cumplir con sus obligaciones. Ahora el asunto se aborda desde el punto de vista cargar contra Moncloa o la Generalitat Valenciana, para hacerse con el relato de quien fue más culpable de la inoperancia, no en las primeras horas ni días, sino en semanas. Y la pregunta que los ciudadanos nos debemos hacer es ¿en qué ayuda esto a tantas y tantas personas que están desesperadas? Bien fácil es la contestación: en nada.
“La sensación que tienen los afectados es que la burocracia y falta de que las instituciones remen juntas, impide que el pesimismo cambie a esperanza”
Nota: Navidad y Año Nuevo en Valencia, 5º artículo para no olvidar es, para no olvidar, el siguiente que escribo sobre Valencia, la DANA y sus consecuencias. Le preceden estos otros: Investigar la DANA es lo correcto con la prioridad de reconstruir (1/12/24), 100.000 bravos voluntarios, solidarios y eficaces, de Valencia (24/11/24), Dana: 49.000 empresas, 400.000 empleos, requieren ayuda ¡ya! (17/11/24), y El caos en Valencia nos lleva a dudar que estemos preparados (10/11/24).