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MAL RAYO PARTA AL CÁNCER QUE ATACA NIÑOS

Me parto en dos cuando me entero de que un niño tiene cáncer, por diversos motivos. Porque es injusto del todo. Porque un pequeño nunca debe sufrir hasta estos extremos. Y porque me acongoja pensar que cualquier padre se cambiaría por su hijo, con tal de que este dejará atrás la enfermedad que se le puede llevar a tan tempranas edades. En el caso del cáncer infantil, no es cierto que una imagen valga más que mil palabras porque viéndoles calvos de la radioterapia, aquí la tristeza o manifestación de pena tienen la misma mitad de verdad que de hipocresía. Por eso lo que escribo lo hago desde la profundidad de pensar en ellos, sin imágenes que me arrastren a crear frases bonitas o incluso eslóganes que visualice una riada de palabras con buena voluntad y para quedar bien ante el lector. Lejos de esa tentación que se comete tanto en nuestros tiempos, incluso la foto de políticos junto a la cama de los niños, yo declaro que mal rayo parta al cáncer que se atreve a atacar a los niños, les tiene tan malucos en cama de hospital, les hace sufrir, y en, algunos casos, les da un tiempo de vida y una condena a muerte.

Pero hay algo que me preocupa también, y mucho. Últimamente veo que proliferan las llamadas de urgencia, incluso de S.O.S sanitario, donde las familias con casos terminales piden más ayuda de la que reciben. De ahí que no me vayan las imágenes, las fotos, ni las demagogias e hipocresías, cuando se trata de la enfermedad ajena, y esta enfermedad mortal ataca precisamente a pequeñuelos. Ellos se juegan la vida pero nuestro sistema sanitario tiene que darlo todo por ellos. No dudo que se haga hoy, pero tampoco quiero que se les reste nada, que la pena llegue a la calle y que, en cambio, los padres vean una atención sanitaria de primera que recuerde a cualquier capítulo del Doctor House, y el hospital donde trabaja que cuenta con todos los medios y que la enfermedad de un paciente, máxime si es niño, no se abandona jamás. No hay rendición ante el asqueroso cáncer, la leucemia o lo que sea. No es cuestión de echar aún nada en cara. Estos días pasados lo hemos hablado con motivo de recordar que la prevención con el cáncer de mama resulta fundamental. Todos, hombres, mujeres, niños e inmigrantes, tienen derecho a recibir la mejor asistencia cuando encima se trata de enfermedades que nos siguen dando yuyu con sólo oírlas. Quería, y lo he hecho, escribir sobre los cánceres que atacan a niños. Me parece uno de los mayores dolores de la sociedad en la que convivimos todos. Aunque no hay que jugar con penas y lágrimas, y tirar para adelante con la investigación, las inversiones y las ayudas científicas y médicas que un día manden a la mierda al cáncer, en general, empezando por nuestros niños.

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