Sé perfectamente que la pedagogía de los recortes gubernamentales se centra especialmente en la sanidad y la educación, porque de otros problemones se conversa menos y se tratan por abajo en los periódicos, como es el caso de la discapacidad y los dependientes. A pesar de estar viviendo auténticos dramas que nos tendrían que movilizar a todos por no dar, quitar, suprimir o prohibir a quien más lo necesita por su caso de discapacidad, seguimos mayormente en la creencia de que el estado del bienestar sigue ocupándose debidamente de estos conciudadanos. Muy al contrario, los recursos con que contaban (tampoco cosas del otro mundo), ya no están a su disponibilidad, ni la de sus familias, auténticamente angustiadas. Se dan casos de pérdidas hospitalarias, sanitarias, farmacéuticas, de traslados, de falta de dinero, de tratamientos que se acaban, de laboratorios públicos que investigaban enfermedades raras que se han clausurado, en fin, la lista no es pequeña precisamente y sí muy trágica.
Educarse en democracia tiene mucho paralelismo con educarse en la discapacidad. Les he oído decir muchas veces a los auténticos protagonistas de la discapacidad, que no quieren dar pena, ni limosnas, que lo que quieren son los mismos derechos que los demás. Pero nadie les dice toda la verdad. Nadie les precisa que con esta grave crisis inacabable, han dejado de disfrutar de muchos de esos derechos. Creo que incluso los que dirigen organizaciones de discapacidad tienen temor a decirlo más alto, porque ya están las cosas suficientemente mal como para ponerlas peor. Pagan justos por pecadores; discapacitados por banqueros tramposos; enfermos por ejecutivos sin ética alguna, que han amontonado tanto dinero que ya no saben en qué paraíso fiscal tenerlo oculto. Nunca Europa, y España en este caso, tuvo semejante contradicción entre proteger a toda la ciudadanía por igual. Está en cuestión todo, y todas las instituciones, sin distinción, aunque ahora han cambiado las reivindicaciones de la discapacidad, porque al viejo discurso de los derechos, se ha vuelto a retomar el de tener dinero y recursos, ayuda, apoyo, solidaridad, asistencia, protagonismo, cuidados y, sobre todo, futuro.