EL PUEBLO QUIERE JUSTICIA

1038438003_740215_0000000000_noticia_normalQuién no defienda la inocencia de un amigo, por robo, desfalco, fraude empresarial, blanqueo de capitales e incluso asesinato de sus dos pequeños hijos como venganza ante la mujer que te pide el divorcio, que dé un paso adelante. Ya lo dijo el fabulista griego Esopo: “la verdadera amistad se encuentra en las desgracias”. No es de extrañar pues que, para algunos cercanos, Bárcenas sea realmente un mago de las finanzas, y nada más lejos de la realidad que la multitud de millones que tiene repartidos por el mundo provengan del choriceo. También es verdad que los que han dado ese paso adelante para defenderle lo han hecho con piernas paticortas. Porque en este país se miente, se engaña, se ponen los cuernos estando en el poder, y el mosqueo ciudadano es irrelevante. Pero si metes la mano en la caja común, como antes hizo Roldán o Mario Conde, se es capaz de plantarse frente a su casa para desplegar una pancarta en la que esté escrita la palabra “Mangante”.

Bárcenas lo tiene mal porque el pueblo quiere que esté en la cárcel y no salga. Él mismo y su entorno se ha propiciado más animadversión popular, con tanto lujo, tanto esquí por el mundo, tanto coche y chófer, sin olvidar los millones en Suiza y demás países dispuestos a la evasión fiscal. Defender a Bárcenas es defender todo contra lo que se está verdaderamente en este país. Mejorar la idea de la política y de las finanzas no casa con pasar por alto el archiconocido caso Bárcenas. Igual que Bretón lo tiene crudo por haber matado a sus hijos y tener el desparpajo que aparenta frente al tribunal. La amistad no entiende de justicia porque siempre va a haber un padre, una madre o un hermano que por cariño sea permisivo con lo que ha hecho su hijo. Aunque gracias a la democracia compartida, el anhelo general no va por el camino de los sentimientos, y sí de la justicia, un pequeño gran detalle que hace que los Bárcenas tengan de antemano la partida perdida.

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