Por más que nos fastidie, en este mundo casi todo es política. El deporte no está exento de este compromiso, y la trastienda de las grandes decisiones internacionales es oscura, accesible a unos pocos, y jamás abordados sus comportamientos, acuerdos y decisiones como el auténtico expediente x que es. Sinceramente creo que unas Olimpiadas atienden a intereses geopolíticos del momento. Lo ocurrido en Fukusima no sólo no era un impedimento para eliminar a Japón de la carrera olímpica, sino que ha sido un hecho decisivo para el premio final. La potencia nipona tiene también todo el dinero del mundo y los esponsor deportivos y de otro tipo que tenemos en muchos países como España, son multinacionales que tienen su sede central en Tokio. Con armas semejantes es imposible competir, y las aspiraciones que nos hacemos tienen mucho más que ver con nuestra forma de ser, las propias ilusiones, y que nos hace falta una buena y grande noticia como el comer. Madrid ha perdido pero lo ha hecho con mucho pundonor, trabajo y coraje. Esta semana en España va a ser la semana de la crucifixión de muchos y también de la autoflagelación de más. Algo así como “por qué, por qué, por qué…” Se ha hecho lo que se ha podido, y por tercera vez, nada más y nada menos. Lo que en mi interior pensaba de todo esto, ya no interesa, porque en los últimos días me sume a la alegría colectiva de querer unos Juegos Olímpicos para Madrid, que necesitaba toda España.
A lo que no pienso unirme es a la negrura de ver las cosas, como sé que se va a hacer desde variados ámbitos. Quizás antes apoyaron 2020 como toros, y ahora van a pegar la espantada dando a su paso cornadas a diestro y siniestro. Si tenemos que pensar en fallos, este es el mayor que tenemos: el de la unidad. Quiero felicitar a Madrid y a todos los que se han dejado la piel en este magnífico proyecto. Es la capital de mi país y levantará cabeza para seguir adelante, como tenemos que hacer todos los demás en el día a día. Ahora bien, todo lo bonitos que somos por dentro, tenemos que ser fuertes. Hacer campaña con Marca España son sólo dos palabras. Porque manda la política, también en el deporte, aunque tengamos los mejores y más excepcionales deportistas del mundo.