En ciertas materias, tenemos fama de país de trampas. De repente estamos arriba del todo, en deportes por ejemplo, que ahora en boca generalizada por los atletas de éxito que han pasado por comisaría y el juzgado a dar explicaciones de por qué tienen en casa tantos productos prohibidos en la pista de correr o tanta información en el ordenador sobre la materia. El dopaje es una lacra dentro del deporte y está sangrando al nuestro. Tenemos que poner remedio cortando este cáncer por lo sano, respetando en todo momento a los que corren limpios pero apartando a los que compiten estimulados por sustancias dopantes. Creo firmemente que hay que respetar la presunción de inocencia, además de no meter a todos nuestros atletas, a todos nuestros deportistas, en el mismo saco. Tampoco se puede obviar que el run run hacia nuestro deporte y su maridaje con el doping viene circulando de atrás, y se sospecha acerca de ello dentro y fuera del país. No vale decir ahora que ya se sabía: hay que actuar, empezando por el peso de la ley.