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Decretos desde la Casa Blanca que dañan a enfermos y niños

Que Estados Unidos, Trump, o Argentina, Miley, abandonen la Organización Mundial de la Salud tiene unas consecuencias demoledoras para la salud global. La también conocida como OMS ya recorta en todo. Tanto es así, que anuncia menos médicos y menos programas y medicinas allá donde más se necesita. Luego habrá quienes se alarmen del crecimiento de la pobreza, del aumento de enfermos y de niños sin futuro alguno en los lugares de siempre señalados. También se auguran pandemias por llegar. Si suceden, espero de corazón que no, recuerden los nombres y apellidos de quienes, con sus decretos, contribuyen a ello.

Lo sé: es un artículo demasiado tajante y demoledor, de esos que no gustan al poder, aunque ese poder en la Casa Blanca esté a 8.225 kilómetros de distancia de España. Toco además tres aspectos, absolutamente sensibles, aunque esté mundo actual, desde cada país, se empeñe en dar la sensación de ignorarlo todo, dando de paso laespalda a los problemas de los demás. Pobreza, enfermedades y niñez deberían ser cuestiones a salvaguardar por cualquier política ejercida desde los Gobiernos de turno. La nueva Administración Norteamericana no lo ve así, y su presidente Donal Trump lo pone de manifestó, mediante la firma de decretos que no favorecen en absoluto la concordia.

De las primeras medidas, irresponsables del todo, tomadas por el republicano, Estados Unidos abandona la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiene su sede central en la ciudad suiza de Ginebra. El dinero aportado a esta imprescindible organización sanitaria por la primera economía del mundo era de 920,9 millones de euros en 2024. Tras EE.UU. están las contribuciones de la Fundación Bill y Melinda Gates, 662,5 millones, la Comisión Europea,  396,4, y el caso de absoluto elogio hacía Alemania, que pone 312 millones. La economía española va como un cohete, se dice desde el Gobierno, pero a la hora de los hechos es cuando se demuestra la situación real. Les transferimos 4 millones de euros.  

La reacción de la OMS, no le queda otra, no se ha hecho esperar, tras quedarle un agujero de 1.300 millones, debido al abandono estadounidense. Paraliza contratos de profesionales sanitarios, reducen gastos de desplazamientos a las zonas críticas, y renegocian sus principales contratos de adquisición de medicamentos y equipos, además de reducir la inversión en busca de una mayor y mejor sanidad global.

“La reacción de la OMS tras un agujero de 1.300 millones debido al abandono estadounidense, paraliza contratos de profesionales sanitarios”

Los expertos en medicina y ciencia ya alertan sobre lo que ha hecho Trump, y la historia le colocará en su sitio, dependiendo de lo que ocurra, a partir de ahora, con las crisis sanitarias que de habitual acontecen en Iberoamérica, África o Asia. Su medida tiene además un peligrosísimo efecto contagio de los socios de la política norteamericana. Argentina, dirigida por Javier Milei, sale también de la OMS. Como se dice desde Amnistía Internacional, y estoy de acuerdo, “La retirada de la OMS desprecia la salud pública mundial”. Ya van dos, Casa Blanca, EE.UU., Casa Rosada, Argentina.

Pero es que actuar así va a tener cinco consecuencias brutales inmediatas. La primera es que la propia población norteamericana, que tradicionalmente se ha tenido que buscar la vida para contar con buena sanidad, va a ver como empeora en el país esta asistencia esencial. Antes de la salir de la OMS, este organismo ha desarrollado allí importantes programas relacionados con la crisis de los opioides (aumento de muertes por drogas), la promoción de la actividad física o la salud materno-infantil. La segunda repercusión está referida a lo que ya hemos comentado atrás. Y es que la Organización Mundial de la Salud recorta internamente en todos sus departamentos, siendo lo peor menos personal médico y sanitario.

Sigo con posibles pandemias futuras y el incumplimiento del Reglamento de Salud Internacional. ¿A quiénes habrá que culpabilizar? Trump y Miley se cargan el tratado de pandemias que se firmó en mayo de 2024, y que imponía a todos los países la adopción de medidas para controlar su propagación. Incumplir esto supone una amenaza directa a la salud global. Se incumple asimismo el Reglamento Sanitario Internacional (RSI-2005). Es el marco legal para la detección y respuesta a riesgos, e incluye medidas aplicables a quienes viajan y a mercancías en puertos y aeropuertos, certificados de vacunación y la notificación de emergencias de salud pública de importancia internacional. Este RSI permite asimismo prestar apoyo a los Estados afectados, así como evitar la estigmatización y el impacto negativo en el turismo y comercio internacionales. Todo esto, ¡casi nada!, no preocupa a los que dejan tirada a la OMS. Son unos inconscientes, además de insolidarios, al debilitar hasta el extremo su responsabilidad y compromiso con la salud global.

Todo lo que he expuesto anteriormente es gravísimo, y nos lleva a la lamentable conclusión de que actualmente el mundo va por muy mal camino. Los responsables principales de ello ya están aquí citados. Pero es que además de desprestigiar a la Organización Mundial de la Salud, también a la ONU, lo hacen  con la medicina y la ciencia en general. Así, no es difícil sospechar que estos países van a primar y potenciar todo lo privado sobre lo público. El claro perdedor será el ciudadano y su salud. Y les abocan a pagar para que les atiendan, den tratamientos, les operen, y no digamos superar las enfermedades más graves conocidas, que no hace falta citar al lector. Todo resulta una injusticia de libro. Mientras, los ciudadanos asistimos atónitos a estas decisiones. Por cierto, y empezando por Europa, nadie le ha dicho a Donad Trump, “Señor, muy mal, esto no se puede hacer, no lo vamos a tolerar, ya que es jugar con la salud de millones de seres humanos en todo el mundo, precisamente aquellos más pobres que necesitan de todo, pero empezando por las medicinas y vacunas más básicas”. Tampoco nadie, que yo conozca, le ha dicho al magnate presidente que muchos de los destinatarios de las ayudas sanitarias de la OMS son niños, a los que hay que sacar para adelante. ¿Qué le importa esto a Trump? Jamás le he oído hablar sobre lo que supone ser niño y sus necesidades en educación, sanidad, apoyo, confianza y saber escuchar lo que necesitan en la vida. Y es que a Trump solo le importa Trump.

“Jamás le he oído hablar sobre lo que supone ser niño y sus necesidades en educación, sanidad y apoyo. Y es que a Trump solo le importa Trump”

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