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De ricos y de ladrones

Ahora ya lo sé. Hay cinco formas de hacerse rico: amasar dinero a pulso con esfuerzo; heredarlo; robarlo; que te toque la lotería; o llevártelo de las tarjetas de crédito opacas, que no declaran al fisco, de una caja de ahorros. Es una pena, pero hombres y mujeres estamos hechos de esta avariciosa pasta de ¡cuanto más tienes, más quieres! Llegas a un cargo muy importante en una caja de ahorros, y no te basta. Ganas una pasta gansa al mes, al trimestre, al semestre, al año, pero no te conformas. Todo lo de diario, desde la comida, taxis, el vermú y las copas, la ropa y hasta los cuadernos del colegio de los niños se lo cargas a la empresa de tipo social que se supone que es una caja de ahorros. Que no me digan que el sistema funcionaba así. ¡¡Mentira!! Lo que funciona así son ciertas personas que, ya ricas, quieren trincar más y más, nunca se sacian, hasta que saltan escándalos como el de estas tarjetas de crédito b, que no controlan ni el Banco de España ni Hacienda (prefiero pensar esto a tirarme ya definitivamente por un acantilado).

Estamos obligados a cambiar desde la raíz esa tontería que nos hemos montado al decir y sentir que este país es diferente. No, este país no es diferente. Los que son unos chorizos, son un puñado de personajes que copan cargos, los utilizan para lo suyo, no valen para desempeñarlos porque no tienen ni estudios, y encima meten la mano en la caja con la indignación y el escándalo general. Una vez más, han sido los medios de comunicación los que nos lo cuentan y gracias a ellos (no al Gobierno) nos enteramos de lo ocurrido.

La cárcel, el escarmiento social y la devolución del dinero es lo que toca ahora, sin esperas, y con rapidez por parte de la Fiscalía que creo que está actuando con toda la contundencia que puede. Los jueces tampoco están siendo ajenos a todos estos tejemenejes que no se hicieron de forma inocente y sí de forma indecente. Las preferentes, el gato de las tarjetas de crédito, las auto indemnizaciones millonarias, los planes de pensiones a 20 millones que justifican como normales y que cualquiera se jubila igual. En las Cajas quedan aun muchos que tienen que pasar por el banquillo y no cabe ley alguna de punto final contra todos aquellos que se han enriquecido empobreciendo a los demás y a su propio país. No puede haber mayor deshonor que este y tienen que pagarlo muy caro. No creo que exista actualmente nadie en este país que mire para otro lado con todo lo sucedido en las cajas de ahorros nacionalizadas con el dinero de todos. Hay total indignación, asco y deseo general de justicia y recuperar todo lo robado.

 

 

 

 

 

 

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