Los médicos han dicho basta y el detonante es la presentación de un Estatuto Marco por parte del Ministerio de Sanidad, que a su juicio les denigra. Como profesionales esenciales, ya que velan por nuestra salud, lo que realmente anhelan es revitalizar el Sistema Sanitario Español, que buena falta le hace. En la otra parte, la de los pacientes, además de apoyar esa justa pretensión, debemos exigir al tiempo el cese inmediato de las conductas indebidas, no digamos agresiones, hacia todos los sanitarios en general. Siendo de lo más importante, no parece que esto último produzca preocupación alguna al Gobierno.
Los reconocimientos (agradecimiento público al talento, gestas o comportamientos destacados de alguien en pro de los demás) no son habituales en España y, cuando se producen, prontamente pasan al olvido, como algo que realmente no hubiera sucedido en el tiempo. En efecto, aquí somos muy duros con los nuestros, que en cambio suelen encontrar mayor gratitud en el exterior, a manera de premios, distinciones y ensalzamiento de las personas que, por sus hechos, logros y generosidad, realmente lo merecen. Tras esta introducción, quiero recordar el aplauso diario que ofrecimos los ciudadanos, durante lo peor del covid, con los médicos y demás profesionales de la sanidad, jugándose el tipo durante aquel largo y mortal periodo de pandemia.
Hablamos principalmente de los años 2020-2021, tras lo cual la sanidad española quedó lógicamente muy tocada, y se habló de reinvertir en ella en todos los sentidos, aspecto que no se ha cumplido, ya que seguimos en la cuesta abajo en vez de remontar. Muy al contrario de centrarse en recuperar reputación, incorporar medios e innovaciones, y ofrecer un mejor servicio a los pacientes, el Ministerio de Sanidad presenta lo que denomina Estatuto Marco de la Sanidad que, lejos de solucionar problemas crónicos, se fija en las condiciones laborales de los médicos, pero para empeorarlas (“Una reforma que nos humilla y nos esclaviza”).
El viernes 13 de junio se produjo en toda España el primer paro médico, que puede catalogarse de éxito total. En muchas comunidades se ha superado la cifra del 90-95 por ciento de seguimiento, con la consiguiente paralización de la actividad hospitalaria. Cantabria no ha sido menos, con una participación masiva, dejando claro que es una cuestión de dignidad profesional, y que mientras su dedicación es cuidar de la salud de todos, parece que ahora nadie se preocupa de estos hombres y mujeres que pertenecen al Sistema Nacional de Salud, desde el punto de vista político (la presentación de este Estatuto Marco), pero también social, poniéndose los ciudadanos del lado de los médicos ante sus más que justas consideraciones.
“Muy al contrario de centrarse en recuperar reputación, Sanidad se fija en las condiciones laborales de los médicos para empeorarlas”
Lo deseable es que el Ministerio de Sanidad, sobre todo al estar dirigido por una médica, se plantee dar marcha atrás al respecto de ciertos planteamientos mal enfocados de este Estatuto Marco. No vive el Gobierno de España precisamente un buen momento de credibilidad y confianza ciudadana, y lo que pueda venir, como para abrir más frentes de los ya existentes. De todas formas, es necesario que los pacientes seamos comprensivos ante lo que está pasando, y no centremos las críticas sobre los profesionales, ya que si alguien no tiene culpa son precisamente ellos, hartos de no ser escuchados dentro del propio sistema asistencial en el que trabajan. Presentar unilateralmente este estatuto ha sido una clara muestra de este desprecio al diálogo, y atrabajar sobre la base de que haya un debate real acerca de cuáles son los problemas más acuciantes de la sanidad española.
Por eso indago un poco dentro de Internet para que me dé una opinión de la figura del médico en España. Cómo se le ve y considera socialmente. Recojo como ideas que es un profesional respetado, incluso querido, muy comprometido con sus pacientes y la vida dentro de la comunidad de habitantes a la que pertenece. También me encuentro con una frase, que enlaza muy bien con sus problemas actuales, lo poco o nada que se les escucha, el trato, en definitiva. Se asegura esto: “El médico español, especialmente el de atención primaria, juega un papel crucial en la defensa de un sistema sanitario público, equitativo y universal, que es fundamental para construir una sociedad más justa”. Al menos en España, hasta la Inteligencia Artificial ha de actualizar criterios sobre determinadas cuestiones, en este caso lo que cuesta llegar a ser médico, y darlo todo, para llegar a encontrarte con determinadas actitudes intransigentes con las que han de convivir en la actualidad, y nunca antes pensaron que llegaría a ser así.
Para empezar, los médicos no pertenecen a ninguna casta, y desde las instancias oficiales se hace un flaco favor al conjunto de la sociedad con la propagación de sandeces como esta. Hubo un tiempo en el que protagonizaban ese gran respeto social, como los periodistas, pero ahora ya no es así. Hoy te topas fácilmente con conflictos de malos tratos verbales y por supuesto agresiones a los sanitarios en general, y con la falta de normas claras que hay, protección, en definitiva, ante hechos tan lamentables que no tienen consecuencias. Entonces, ¿de qué casta hablan algunos tan a la ligera? Por supuesto que se hace de manera interesada, manipulada, queriendo poner a los pacientes en contra de quienes les curan. Que trabajen más, sin horarios determinados, les dice ahora el Gobierno, a través de su Ministerio de Sanidad. Cuando el buen ejemplo no se da desde arriba, luego nos llevamos las manos a la cabeza con las cosas que vemos a diario por las calles, lo mismo en ciudades que pueblos.
Claro que los médicos necesitan un estatuto que les regule, el suyo propio, no la mezcolanza de todo que parece el presentado por el Ministerio de Sanidad. Es curioso lo que viene sucediendo en este país cuando no gustan noticias en medios, sentencias judiciales o se quiera contrarrestar las críticas de médicos o profesores. En vez de solucionar los problemas, se plantean leyes o estatutos que vienen a denigrar la independencia y el trabajo de esos sectores profesionales. Por eso son entendibles las huelgas y paros que se están produciendo en todos estos ámbitos que cito, aunque aquí nos ocupa el mal estado de nuestra sanidad, sin ideas ni inversión reales que deriven en soluciones. Los médicos españoles volverán a parar en octubre. En la primera convocatoria se han echado a la calle masivamente. Todo un éxito de participación. Lo mismo ocurrirá en sucesivas citas de protesta, que los ciudadanos debemos entender y apoyar. Es lo que pasa cuando desde las instancias oficiales no se trata bien a un colectivo, que nada tiene de casta, y sí mucho de auténticos defensores de que el sistema sanitario público llegue a todos como es debido. Esto se logra con una entrega, la suya, de altísima responsabilidad, característica que además se adquiere con muchos años de estudio, preparación y ejercicio profesional.
“Cuando no gustan noticias o sentencias judiciales, se plantean leyes que vienen a denigrar la independencia y trabajo de sectores profesionales”