Search
Close this search box.

CON EL DNI SIEMPRE PARA COMPRAR ALGO

Me temo que sólo con el título de este artículo voy ya contracorriente de lo que opinan muchos a la hora de ser favorables a enseñar el DNI cuando hacen una compra y la pagan con tarjeta de crédito. Los matices del asunto son los que me cuestiono. Les comentaré el siguiente caso: estoy hasta el gorro de que en la gasolinera donde siempre, repito, siempre, hecho combustible, al pagar con tarjeta me pidan al mismo tiempo el carnet de identidad. Al menos por un muestreo de la opinión de los ciudadanos a este respecto hecho recientemente por un periódico, a los ciudadanos no parece molestarles, y encima las asociaciones de consumidores opinan que, por el bien de todos, hay que acostumbrarse a esta práctica. Se dice que gozamos de mucha libertad, pero tenemos que llevar el DNI en la boca para casi todo. ¿No será mejor que las propias tarjetas de crédito lleven nuestra foto y algún dato más para no sentirnos “tan vigilados” en muchos momentos de nuestra vida?  Hay gente de mi entorno que le parece bien enseñar del DNI para todo y lo acata, pero yo no. No me gusta que me pidan con insistencia cotidiana que me identifique, y ni sé siquiera quién o qué alta instancia  ha creado esta obligación que se ha hecho ley, y, al parecer, no lo es. Habrá habido (y hay) fraudes, sin duda. Pero con esto del DNI para toda ocasión y circunstancia, me da la sensación de que hemos dado la mano y nos han cogido el pie. Otro caso: vas a un hotel y a la hora de registrarte te fotocopian el documento nacional de identidad, con el pequeño gran matiz de que no te piden permiso. ¿Qué se hace luego con toda esta información? No habría que permitirlo y los usuarios deberíamos plantar cara a estos abusos hacia nuestra intimidad. En este país te hacen una ficha con sólo comprar un dedal. Como se va a seguir haciendo, propongo que en los establecimientos de todo tipo, que se vea visible un cartel informando a los clientes de la norma o recomendación que obliga a enseñar el DNI cuando pagas con la tarjeta doscientos gramos de salchichón. Los consumidores somos demasiado rehenes de nuestra confianza y pasividad.  No decimos nada, no contraponemos con facilidad un “¿por qué me pide usted el carnet?images b”. De manera natural, ya sacamos la tarjeta de crédito y con ella acompañamos otra identificación superior, aunque no sabemos siquiera si es obligatorio o haya una ley que lo establece así. Seguramente, mi cabreo sería superior si hacen una compra con mi tarjeta y no le han pedido al chorizo que se identificara antes de pagarse con mi dinero una mariscada de campeonato. Pero no es esta la cuestión. Yo hablo de reglas establecidas, avaladas por la ley, y no de conductas impuestas, tradiciones que no lo son, y que en muchos momentos son un incordio mosqueante cuando una y otra vez enseñas el DNI en el mismo establecimiento donde consumes de habitual. Los empleados de estas tiendas deberían tener también más tacto, todo hay que decirlo. En la cola, a veces se montan unos cirios para que alguien encuentre el DNI en su cartera, que a su vez molesta a cobrador, a pagador y al que está detrás esperando su turno. Que todo es una cuestión de acostumbrarse, pues mire usted, en mi caso, no me da la gana. Enseñar el DNI reiteradamente cuando me tienen más visto que el tebeo me molesta, sí, me molesta realmente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *