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Camino de lograr que un adolescente use móvil a la edad debida

La sociedad digital, y ahora Inteligencia Artificial, avanzan a velocidad de vértigo. Cuando hablamos de tecnologías se pronuncian demasiadas bondades, y se obvia la problemática de uso por parte de niños, mayores, así como personas con discapacidad. En conclusión: no se pensó todo lo bien que hubiera sido necesario, y llegaron otros problemas en paralelo como adicciones, acceso a contenidos dañinos, incluidas redes, acoso, más desatender y hostigar a los usuarios con llamadas comerciales. Un comité de expertos acaba de presentar al Gobierno un informe con   nuevas recomendaciones. Dos protagonistas destacan: niños y adolescentes.   

El uso de un smartphone o teléfono inteligente podría tener en España una edad concreta para poder usarlo: 16 años. De igual forma, hasta los 6 no habría ningún contacto inicial con una pantalla digital. Estas y otro centenar largo de recomendaciones las hace un comité de expertos al que el Gobierno de España le encargó estudiar la creciente preocupación social por los riesgos asociados al uso inadecuado de determinadas tecnologías por parte de menores, y ante la aparición de problemas en las aulas,  psicológicos, adictivos, dificultades de interacción social, y especialmente el ciberacoso, y el uso incontrolado de redes sociales, todo ello, sin el debido control y ejercicio de autoridad por parte de los padres.

Escuchar a todas las partes es necesario, sobre todo si pretendes aprobar una ley orgánica para la protección de menores en los entornos digitales. Antes de citar a alguna de las organizaciones que han aportado expertos y sus conocimientos (50 en total), me gustaría de entrada dejar clara la gran responsabilidad que tienen los padres, de cara a facilitar, con cabeza, el acceso de sus hijos a estas tecnologías. Realmente, desconcierta ver a niños con teléfonos de mil euros, lo que se ha convertido en su gran meta, pero no por ello hay que acceder a semejantes peticiones, que introducen a los adolescentes en auténticos problemas, especialmente por el uso de Internet y determinadas redes sociales. Así lo ven pediatras, psicólogos o juristas, pero adquiere mayor relevancia la postura favorable a estos cambios de las confederaciones de asociaciones de madres y padres de alumnos. Su opinión no ha sido siempre la misma, llegando antaño a plantear una intromisión en la vida y libertad de los jóvenes. Nada más lejos de la realidad, ante la cantidad de problemas acumulados por el uso incorrecto de estas tecnologías (pornografía, acoso, divulgar bulos y rumores, etc.), sin tener en cuenta edad alguna.

El peso de este informe, que ha convencido al Gobierno, lo han llevado también organismos de gran entidad como la Asociación Europea para la Transición Digital, Asociación Española de Pediatría, Agencia Española de Protección de Datos, el Consejo Estatal de Participación de la Infancia y de la Adolescencia, el Consejo de la Juventud, Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Consejo Escolar del Estado, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, el Consejo de Consumidores y Usuarios, el Instituto Nacional de Ciberseguridad, el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, la Plataforma de Organizaciones de Infancia, Save The Children o Unicef.

“Desconcierta ver niños con teléfonos de mil euros, lo que se ha convertido en su gran meta, pero no por ello hay que acceder a semejantes peticiones”

Ahora bien, estamos hablando de un proyecto de ley, dentro de una legislatura muy convulsa. Dicho de otra manera, puede que lleguemos a verlo y también puede que no tan pronto como sería recomendable. En España llevamos ya demasiado tiempo dándole vueltas a este asunto, de tal manera que han tenido que ser en muchos casos los centros educativos los que han adoptado medidas con móviles y tablets, salvaguardados por iniciativas adoptadas previamente por las consejerías de educación de las diferentes comunidades autónomas. Pero este es un hondo problema social y de carácter nacional.

De los organismos públicos y privados participantes en este estudio, quiero destacar al Consejo Escolar del Estado. Sin duda, son nuestros educadores quienes más conocen el problema. Y lo han venido alertando con reiteración.  Lo cierto es que han pasado los años sin tomarse medidas, y hay ya demasiadas generaciones que han establecido que su vida solo es el móvil. Lo ves a diario por todas partes, y me resulta un panorama bastante penoso. Gente que parece que va por la calle hablando sola, pero no es así. Están enganchados al móvil, a través del cual ya se hacen demasiadas cosas.

Cada vez que tengo ocasión, pego un toque de atención con lo mal que se ha hecho en España la digitalización. Ahí seguimos. Ya casi no tenemos contacto directo con otras personas para efectuar gestiones cotidianas. Se ha de hacer todo por el móvil, la Apps, el correo electrónico y las correspondientes webs oficiales y también privadas. Cuando haces una llamada a tu banco, a tu compañía de seguros, a quien te vende la energía, no hay nadie al otro lado que te escuche. Un programa informático se encarga de todo. Aunque casi nunca te soluciona nada, salvo ponerte de los nervios ante la sociedad que hemos creado, en la que la conversación entre humanos se sustituye por el teléfono móvil. El día en que todo falle (solo hay que mirar a Valencia por la DANA) no sé cómo nos vamos a desenvolver. Si, efectivamente, vamos tarde, pero la digitalización hay que legislarla, sin olvidar que ahora llega la Inteligencia Artificial, que esa va a ser otra. Hay dos cuestiones y una la estamos tratando en este artículo, los niños. A un pequeño no se le puede regalar un teléfono o tablet inteligentes, porque no tiene edad para ello. Ha de jugar, en su barrio, en el patio del colegio y, por supuesto, con otros niños. Su vida pegada a un móvil no es educativa. Acabo con los mayores y el abandono que padecen por parte de esta mal llamada sociedad digital- tecnológica. Deben ser atendidos en persona; no obligarles a tener que hacer gestiones a través de una web o App dentro de un móvil. Es como si no existieras. Tremendo tener que decirlo así, aunque lo que si les interesa es acumular todos nuestros datos personales.

“A un pequeño no se le puede regalar un teléfono o tablet inteligentes, porque no tiene edad. Ha de jugar en su barrio, colegio, con otros niños”

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