Comentario en Punto Radio. “Protagonistas Cantabria”.
La grave crisis económica y el desempleo mundial han aparcado sine die el debate sobre el cambio climático, cuidar más y mejor la tierra, dejar de envenenarla y poner un límite internacional a la contaminación. Aquello que vino en llamarse el Protocolo de Kioto también ha muerto. Acaba de saberse que las superpotencias Estados Unidos y China son las que van a establecer lo que hay que hacer con el humo de las chimeneas. Parece que el resto de países no van a tener más remedio que seguir su decisión, que es lo mismo que encogerse de hombres frente a las patadas que damos a la fauna y flora. No hace ni un año que eran muy numerosas las voces para rescatar al planeta tierra del desgaste de la capa de ozono, del derrumbe de los glaciares o de la destrucción del Amazonas y los bosques en general. Pero ya no es así. Que ahora China y EE.UU vayan a pactar primero las cuotas de contaminación admisibles, no deja de poner en cuestión la unidad de todos los países que conformamos este gran globo redondo y quién manda realmente sobre cuestiones que afectan a todos, como es el cambio climático.
El mundo sigue necesitando de reformas urgentes para cambiar el drástico giro que están tomando determinadas cuestiones referidas al clima y al sostenimiento de la vida tal y como la concebimos actualmente. No se trata de meter a nadie el miedo en el cuerpo, cosa que por otra parte no sucede en esta cuestión tan esencial como es el cambio climático. No parece preocupar mucho a determinadas potencias, y tampoco a los ciudadanos que las habitan. Lo cierto es que seguimos sin tener conciencia de lo que podría llegar a pasar de seguir contaminando y fastidiando nuestro mundo al ritmo que lo estamos haciendo. Si algo tenemos en común los humanos, es que sólo tomamos medidas cuando ya es demasiado tarde. Lo del cambio climático, aplazado.