Aprovecho la presentación de algo llamado plan de regeneración democrática, que ataña principalmente a la prensa, para hablar del delicado momento social-periodístico. Con la entrada en un nuevo siglo, los cambios experimentados por los medios de comunicación han sido radicales. Hoy mandan las redes, que también dan noticias, que en demasiadas ocasiones resultan ser falsas. Gay Talese, uno de los padres del Nuevo Periodismo (ya viejo), denuncia que la personalidad del periodista ha sido disminuida por las tecnologías, desde el
Creo que nos merecíamos esta Eurocopa por partida doble. Ante todo, porque hemos jugado el mejor fútbol, reconocido por los demás equipos. Pero también porque dentro de España no abundan las buenas noticias, debido a que vivimos en el enfrentamiento permanente. Los jugadores de la Selección, con su gesta, y también los miles de jóvenes que se han echado a las calles de todas las ciudades españolas, al tiempo nos han mostrado que el camino de la unidad es el
Desde que se ha puesto en marcha la tarjeta monedero alimenticia, destinada a familias vulnerables, ha habido dos reacciones y una consecuencia: controversia, rechazo y, de ahí, fracaso. La iniciativa, con fondos europeos, pretendía generar mayor anonimato a los beneficiarios. Pero son los primeros en salir a la palestra para demandar que se pueda utilizar en más establecimientos a los poquitos concertados. Para que se hagan una idea de la situación, solo en Cantabria se ha acabado la partida económica
La prioridad de todo país debería ser la juventud y facilitar su porvenir. Esta no es la circunstancia actual dentro de una Europa un tanto perdida en sus viejos problemas de siempre, dando escasa solución a lo que realmente importa. ¿Y qué es? Pues que los jóvenes tengan empleo dignamente remunerado. Pues que los jóvenes tengan acceso a la vivienda. Y pues que los jóvenes, al menos, puedan alquilar casa. Casi nada de esto ocurre ahora en España, pero, eso
Es normal que llegue el verano y hablemos de playa, montaña, barbacoas y fiesta. Unos disfrutamos y otros aseguran nuestro disfrute, como los pilotos de hidroaviones o helicópteros contra el fuego, y las brigadas en tierra asegurando que las medidas aplicadas sofoquen los fuegos. Su labor es encomiable, no está pagada como corresponde, y me temo que tampoco reconocida. Da coraje lo apáticos que somos en España para muchas cuestiones, especialmente para ensalzar a los nuestros, e inaceptable que la