La prioridad de todo país debería ser la juventud y facilitar su porvenir. Esta no es la circunstancia actual dentro de una Europa un tanto perdida en sus viejos problemas de siempre, dando escasa solución a lo que realmente importa. ¿Y qué es? Pues que los jóvenes tengan empleo dignamente remunerado. Pues que los jóvenes tengan acceso a la vivienda. Y pues que los jóvenes, al menos, puedan alquilar casa. Casi nada de esto ocurre ahora en España, pero, eso
Es normal que llegue el verano y hablemos de playa, montaña, barbacoas y fiesta. Unos disfrutamos y otros aseguran nuestro disfrute, como los pilotos de hidroaviones o helicópteros contra el fuego, y las brigadas en tierra asegurando que las medidas aplicadas sofoquen los fuegos. Su labor es encomiable, no está pagada como corresponde, y me temo que tampoco reconocida. Da coraje lo apáticos que somos en España para muchas cuestiones, especialmente para ensalzar a los nuestros, e inaceptable que la
Cada vez nos sentimos más aislados. Se llama soledad. Nos la creamos, pero también nos la generan. No importar a nadie es seguramente la peor sensación con la que alguien puede vivir. Y hay muchas personas inmersas en la soledad más absoluta. No solo la cantidad va en aumento, es que se ha doblado, y más tras el covid. En la sociedad actual el protagonismo lo tienen las tecnologías, el móvil, las redes. Hablar, conversar, preguntar a otros cómo están,
Pertenecer al selecto club europeo conlleva que sus instituciones auditan permanentemente la manera de funcionar de sus países miembros. No gusta asumirlo, pero nosotros, de habitual, no salimos bien parados. Ahora es con un suspenso en innovación. Dicen que no invertimos lo suficiente en ello, que falla la cultura empresarial, aunque puntúan bien las exportaciones que hacemos. No se entiende que España organice anualmente los mejores congresos del mundo en avances y tecnologías, y no sume. He dicho ya causas,
Gozábamos de un sector turístico de primera, y en esto nos disparamos al pie con los pisos turísticos ilegales, lo que genera destrozos al conjunto de la sociedad. El perjuicio es tanto para jóvenes como para mayores. Los primeros no pueden comprar casa, ni tampoco alquilarla. Y los segundos están viendo cómo fondos buitres de inversión adquieren bloques enteros de viviendas, y a continuación plantean desahuciar a los inquilinos de siempre, sin que les importe en absoluto su edad ni