Hace un par de años, cuando se hablaba de instituciones señeras cántabras, Caja Cantabria estaba en los primeros puestos de la lista. No había gran acontecimiento regional, como corresponde, en el que no estuviera su nombre y su presencia como apoyo claro a lo que es ver crecer al tiempo una tierra que busca riqueza, progreso y proyección interna y externa. Todo aquello desapareció desde que Caja Cantabria entró a formar parte de un banco que se llama Liberbank, que tiene su sede principal en Asturias, al estar formada la entidad por Cajastur, Caja Castilla La Mancha, Caja Extremadura y Caja Cantabria. Pongo la última a la nuestra porque efectivamente lo parece. En todo Santander se sabe que los directivos de la Caja no firman un papel sin el visto bueno de los dirigentes del banco en Oviedo. Aunque no quiero ir por aquí al hablar de Liberbank y su apego a apoyar al Greco 2014, mismo año por cierto en que tendrá lugar el Mundial de Vela en la bahía de Santander.
Oficinas y trabajadores de Caja Cantabria no han salido bien parados que digamos con la fusión y creación de Liberbank. Pero ya que la agrupación de cajas de ahorros venía impuesta por el Banco de España con el Gobierno de la nación detrás, he de decir que se esperaba más de la fusión que tocó a Cantabria. El banco, en lo que va de este año, dice ya estar ganando dinero, pero ¿dónde van los beneficios? Hace unos días publicaba El País que los supremos dirigentes de Liberbank se habían disparado el sueldo, mientras ERES, despidos, y bajadas de nóminas campan a sus anchas en todo el grupo, aunque la peor parte le ha tocado a Caja Castilla La Mancha y Caja Cantabria. ¿Esto es apego a Cantabria? Pues, mire usted, no. Hablar de bancos y cajas siempre ofreció respeto en este país, pero entre el dinero inyectado del Estado y perdido ahora, el rescate de Europa, preferentes engañosas, pensiones millonarias a los de los consejos de las cajas, dietas de 7000 euros al día por reunirse diez minutos y demás, ¡que les voy a decir!: se perdió ese respeto. Aunque la vida sigue, y los consejos van y vienen. Para Liberbank, ahí van tres: 1. Que se centre más en Cantabria. 2. Que cuide a unos trabajadores excepcionales que lo han demostrado durante toda una vida laboral. Y 3. Que invierta en todo lo que sea importante y relevante para Cantabria, al tiempo que asegura su negocio y beneficio, ¡faltaría más! Aquí, la Caja, es la Caja, igual que para Asturias lo es Cajastur.