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¡Papá, este es mi nuevo móvil! o pila de estafas sin recibir ayuda

Casi la mitad de los españoles han estado ya expuestos a las estafas vía Internet y móvil. Pero a nadie de las alturas parece preocuparle, y de ahí tomar medidas, sobre nuestra cada vez mayor inseguridad tecnológica. Si a esto le sumamos lo que pasa en las redes, sin freno con el insulto y la calumnia gratuita, pues apaga y vámonos. Hay que legislar ya en esta materia, y me da igual que lo haga la Unión Europea o España en concreto. Están en juego nuestros datos personales y también las cuentas y ahorros dentro de los bancos. Pero es que el Gobierno y resto de instituciones del Estado o autonómicas tampoco están exentos de continuos ciberataques.

A mi entender, el escritor norteamericano Marc Prensky no estuvo acertado cuando en 2001, y hablando de nuevas tecnologías, acuñó los términos de nativo e inmigrante digital, para diferenciar a las generaciones que nacen ya en un entorno económico y social digital de las que no. Tampoco veo bien que para definir a aquellos que nacieron en la era previa a la tecnología digital, y tienen que aprender a usarla y adaptarse, se nos denomine como inmigrantes. En fin, que el proceso de digitalización ha traído cosas buenas y cosas malas, pero hoy me voy a centrar especialmente en dos preocupaciones. Una es que a los ciudadanos se nos inunda de correos electrónicos de lo más variado, y otra, peligrosa de verdad, es que el móvil se ha convertido en el mejor medio para estafarnos, gracias a los mensajes constantes que recibimos, que desgraciadamente contestamos, y luego vienen los problemas de gran calado, porque pueden incluso dejarte en la ruina en un santiamén.

De todos estos avisos malignos, que lo mismo suplantan a tu banco, que a Hacienda o la DGT, y dicha imitación es casi perfecta, quiero destacar uno que me mandan últimamente a través de un mensaje que dice que es mi hijo, y ha cambiado su número de móvil, de cara a que tome nota de ello. Digo yo que, en razón de lo que veas y hables con tus hijos, habrá quien pique y pinche el enlace que también forma parte del mensaje, tras lo cual empiezan ya a robarte datos esenciales,a través de los cuales pueden incluso acceder a tus cuentas bancarias.

Lo voy a escribir bien claro: el Gobierno no nos protege frente a tanto desalmado digital que hay, todo un ejército de chorizos, y los ciudadanos estamos cada día más indefensos y desinformados frente a lo que tendríamos que hacer cuando recibimos semejante acoso de mensajes de todo tipo, todos ellos con el denominador común de complicarte la vida y robarte lo que puedas tener. Esta situación tan cotidiana no tiene nada que ver con las definiciones de Marc Prensky, de nativos o inmigrantes digitales, porque los estafadores no tienen en cuenta edades para consumar el daño personal.

“El Gobierno no nos protege frente a tanto desalmado digital, todo un ejército de chorizos, y los ciudadanos estamos cada día más indefensos”

Supongo que alarmada, ahora mismo (octubre de 2025) es más bien la banca quien está alertando, informando y aleccionado a sus clientes sobre este oscuro momento digital que vivimos, a base de sablazos. Esto, primeramente, lo deberían haber llevado a cabo las Administraciones, que tanta prisa se han dado con sus webs, contenidos, gestiones y pagos electrónicos de impuestos y multas, para a continuación vender en los medios de comunicación su decida apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías.

Ya sabemos que la susodicha modernización ha dejado atrás a demasiados sectores de la sociedad española, no solo a la tercera edad. Prueba de ello es que los grupos más estafados a través de Internet y móvil son los mayores, aquellos ciudadanos con menor conocimiento digital, pero también las empresas, en especial las dedicadas al comercio electrónico, viajes, seguros y plataformas tecnológicas.

Para que vean la magnitud del problema, baste esta noticia ofrecida por la Agencia EFE en marzo de este mismo año: “Casi la mitad de la población española ha sido víctima de una estafa por Internet o de un intento”. El dato les viene de un estudio del CIS, el famoso Centro de Investigaciones Sociológicas por las controvertidas encuestas políticas, que arroja también otras interesantes inclinaciones de los españoles. Por ejemplo, que en un porcentaje del 61 % son los jóvenes de entre 25 y 35 años los que más sufren estafas (¿Quién dijo Prensky que son los nativos digitales?). Otra cuestión: 6 de cada 10 encuestados reconocen tener poco o ningún conocimiento sobre seguridad y protección de datos personales en Internet. Evidente, ¿quién se lo enseña? A falta de estos conocimientos, los españoles tenemos muy distintas preocupaciones de cara a las redes.  A un 77,2% le preocupa el acceso no autorizado a su información personal; a un 76,8 los delitos sexuales en la Red; a un 76,1 que le roben su identidad; y a un 74,3 los enlaces fraudulentos, a través de mensajes móviles, como este de Papa, este es mi nuevo móvil.

El Gobierno no toma medidas, mientras hay un 93% de ciudadanos que están a favor de prohibir el uso del móvil en las escuelas de primaria. También es elevado el porcentaje, un 69,8%, que ampliaría esta prohibición a la ESO. Nadie nos ayuda como es debido, empezando por perseguir policial y judicialmente mucho más los delitos cibernéticos. Un 77 por ciento de españoles muestra la misma preocupación que traigo hoy a estas páginas. La cautela impera a la hora de entrar en webs (páginas que ofrezcan confianza), y también cuando se realizan compras online. Ante esta falta de preocupación y persecución oficial, el 2025 va a ser mucho peor que el 2024, año en que se produjeron 97.000 ciberincidentes, palabreja que no dice mucho sino les añado que se trata en la mayoría de lo casos de fraudes, intromisiones y tiendas online falsas que te dan el palo. ¿No cree el Gobierno que es hora de hacer algo y protegernos de la ciberdelincuencia? Esta últimaexpresión, ladrones en la red, sí que es la adecuada a lo que sucede, y no esa otra de ciberincidencias.

“Nadie nos ayuda como es debido, empezando por perseguir policial y judicialmente mucho más los delitos cibernéticos”

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