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80 años de Auschwitz y tan mal regreso a muros y alambradas

No basta con que nos suene de algo nombres como Dachau o Treblinka. Hay que saber lo que ocurrió en estos campos nazis de exterminio, en los que fueron asesinados 6 millones de judíos. En este 2025 se cumple un importante aniversario de la liberación del campo, considerado paradigma del genocidio impulsado por Hitler: Auschwitz. Cada generación tiene que mostrar a la siguiente lo sucedido. No olvidar es el principio fundamental. Educar y concienciar sobre todo lo que acarreó la Segunda Guerra Mundial es igualmente perentorio. Los conflictos bélicos de hoy, o levantar muros que dividen, no son la solución a nada. La historia nos lo dice.   

Se cumplen 80 años de la liberación del campo nazi de exterminio de seres humanos, conocido como Auschwitz. Opino que nadie sintetiza mejor que la Enciclopedia del Holocausto, a cargo del United States Holocaust Memorial Museum, lo que se vivió en aquella Europa, de 1933 a 1945. Les cito de manera concisa tres hechos incuestionables, para entender lo que realmente ocurrió. Uno. “El antisemitismo, el odio y los prejuicios contra los judíos fueron principios básicos de la ideología nazi. Estos prejuicios también se difundieron por toda Europa”. Dos. “La persecución de los judíos por parte de la Alemania nazi evolucionó y se volvió cada vez más radical. Esta radicalización culminó con el asesinato masivo de 6 millones de judíos”. Tres. “Durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi, sus aliados y sus colaboradores, asesinaron a casi dos de cada tres judíos europeos, mediante condiciones de vida mortíferas, maltratos brutales, fusilamientos y gaseos masivos, y centros de exterminio diseñados especialmente para ese fin” (13 campos en total, repartidos entre Polonia, Ucrania, Croacia, Bielorrusia, Islas del Canal, Alemania y Serbia).

Parece mentira, pero el caso es que tuvieron que pasar veinte años para que los Gobiernos e importantes organismos de todo el mundo empezaran a preocuparse y divulgar lo que realmente sucedió en infiernos como Auschwitz (1.000.000 de judíos asesinados), Belzec (435.000), Chelmo (167.000), Mauthausen (100.000, 4.427 españoles), Sobibor (167.000) o Treblinka (925.000).  Quiero hacer mucho hincapié en esto de no olvidar y concienciar mediante espacios dedicados sobre todo a la memoria de los muertos, ya que Países Bajos fue un país implicado de lleno en la Segunda Guerra Mundial y consiguiente invasión nazi. Pues no ha sido hasta 2024 cuando la antigua Holanda inaugura su Nationaal Holocaust Museum. Antes de la guerra y la ocupación alemana, la comunidad judía en Países Bajos la conformaban 140.000 ciudadanos. Los nazis asesinaron a 102.000. ¡Como para olvidar!

En esto de abordar el Holocausto, como es pertinente desde el mismo sistema educativo, hoy existe preocupación sobre el conocimiento que puedan tener los jóvenes acerca de lo que supuso este genocidio. Cada generación está obligada a contarlo a la siguiente, y mira por donde la llegada de Internet y las redes sociales, hay que verlo como plataformas de gran impulso para una conciencia acerca de Hitler, los nazis, el Holocausto, con el consiguiente repudio más absoluto a todo ello.

“Cada generación está obligada a contarlo a la siguiente. Internet y redes, plataformas para conciencia del Holocausto, con el consiguiente repudio”

Antes de pasar a citar episodios actuales que pueden ser tachados como acosamiento de seres humanos con problemas para subsistir, quiero contarles una anécdota que he leído sobre Auschwitz, con motivo de cumplirse este aniversario de su liberación por tropas rusas, el 27 de enero de 1945. El único espacio de todo este complejo donde no se permiten fotos es una vitrina que contiene cabellos de mujeres asesinadas. Les rapaban el pelo, y se muestran las trenzas cortadas de cuajo, algunas de las cuales conservan sus lazos, de lo que se desprende que pertenecieron a niñas gaseadas. El Tercer Reich lo bautizó como operación Reinhard; sacar a los judíos, la mayoría de ellos enfermos, de los guetos donde habían sido recluidos, y llevarlos a los campos de exterminio para asesinarlos y quedarse con todos sus bienes. Fue toda una limpieza étnica en Europa, de la que se lucraron no solo el alto mando nazi, sino también conocidas empresas a las que se abastecía de mano de obra barata.

Por supuesto que cada año cabe conmemorar el fin de tanto terror y sufrimiento infringido tan injustamente a 6 millones de judíos. Por supuesto que hay que mostrarlo y educar en la enseñanza de que no se puede volver a incurrir en algo semejante, y solo han pasado 80 años que, aunque lo parezcan, no están tan lejanos. En todo caso, la sociedad actual, desde la cúspide de la alta política, se ha vuelto a enredar con levantar muros y alambradas, construir cada vez más campos de refugiados, que pueden quedar en esta situación de por vida. Ciertamente, la inmigración es un serio problema, que no se puede abordar de manera individual, Estados Unidos ahora con Trump, y si tratarlo con la participación de todas las partes. Si nos dedicamos a irnos de los grandes organismos, sea el caso de la ONU o de la OMS, entonces todo diálogo quedara congelado, porque siempre habrá una nación con mucha fuerza que no quiera contar con los demás. Los nazis perdieron la guerra y muchos de ellos fueron encarcelados y ajusticiados como era menester. Después de lo que habían hecho, no mostraban arrepentimiento, caso del comandante de Auschwitz. El responsable de ordenar el gaseo a los presos con el Zyklon B, un pesticida a base de cianuro, se llamaba Rudolf Höss. Tuvieron que pasar dos años más, tras la liberación de campo y de los ocupantes que quedaban vivos, para arrestar a este canalla, que tras el final de la guerra se hizo pasar por granjero. En 1947, tras los juicios de Nüremberg, fue ahorcado en la propia zona en la que ejerció de verdugo.

Para conmemorar la liberación en este 2025, 50 supervivientes han regresado a su doloroso pasado. Vestían bufandas a rayas azules y blancas, tal eran los antiguos uniformes que les impusieron sus carceleros nazis. En sus palabras, el actual director del museo de Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywiński, dijo esto: «La memoria duele, pero también ayuda, guía, advierte, nos hace ser conscientes y nos obliga, ¿quiénes somos sin memoria?«. No pudo estar más acertado. Y su mensaje implica a todos, por siempre, en cualquier lugar del mundo.

“50 supervivientes han regresado a su doloroso pasado. El actual director del museo de Auschwitz dijo que la memoria duele, pero advierte y obliga”

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