No hay actividad diaria que me guste tanto como leer titulares de todo tipo para ver, y estresarme en ocasiones, ante lo que pasa a mi alrededor. Conclusión de muchas de esas lecturas es que la mediocridad impera y campa a sus anchas. Un gran muro nos separa de generar ilusión en las nuevas generaciones que son lo mejor que tenemos. Hace unos días, Rafa Nadal, uno de estos jóvenes, ganaba su noveno Roland Garros en Paris. Explicaba así su gesta, aumentando aún más si cabe la admiración que sentimos por él, no sólo en lo deportivo: “luchando, las soluciones llegan”. Este es un país muy duro, donde nos queremos poco, y cada cual va a lo suyo, optando en demasiadas ocasiones por pescar en el estanque de las fotos fáciles, en vez de aportar trabajo y soluciones reales para salir del bache. No se supo más de campañas de marketing político y económico que se hicieron al principio de la crisis, y que destacaban como frase-idea de choque que “entre todos, podemos”. Prefiero, en lo que tiene de sinceridad, la frase natural y certera del genial tenista español.
El camino de la vida está lleno de obstáculos, y hay dos que resultan auténticos precipicios: la enfermedad y el paro. Un parado es el primero en poner en duda las garantías de igualdad, cuando las oportunidades y la reinserción laboral se resisten a funcionar como Dios manda. Esta crisis es tan extenuante, que las palabras ya no valen a la hora de ofrecer esperanzas a quienes miran con la mente en blanco el techo de su habitación. ¿Hemos de creer pues que luchando, las soluciones llegan? Rotundamente, sí. Tarde o temprano, todo llega desde el esfuerzo y la superación. En saber inculcarlo desde la escuela, uno se encuentra con un país mejor, peor o lamentable. El mejor es aquel que cuenta con un sistema empresarial que nunca termina de abrir nuevas puertas, y con ello de crear empleo. La educación en nuestro país siempre genera todo tipo de dudas, también la empresarial. Con cada nueva declaración u opinión, Rafa Nadal demuestra que ha recibido la mejor de las educaciones posibles. Me refiero a esa que contempla el trabajo, el esfuerzo, las buenas maneras, la superación, el respeto a los demás, mientras no deja de mostrarse jamás natural y sencillo. Debería cundir el ejemplo de Rafa.