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El túnel sin salida de las drogas

El 2 de febrero de 2014 apareció muerto en un piso de Nueva York un hombre con una aguja en el brazo con la que se había inyectado heroína. No era un hombre más. Era el famoso actor norteamericano Philip Seymour Hoffman, y tras el fatal descubrimiento empezó una caza policial hacia quienes le habían suministrado las drogas, y los grandes medios de comunicación estadounidenses comenzaron una campaña mundial, dejando en el ambiente las preguntas del por qué de las drogas y del por qué se llevan a genios de la interpretación como Hoffman. Hipocresía dura y pura. Millones de familias en todo el mundo se han dejado a seres queridos en la gueerra nunca ganada de las drogas, y otros tantos lo sufren en la actualidad. La crisis ha venido a ahondar en la herida, porque las situaciones límites llevan a otras como el consumo de estupefacientes, y qué añadir sobre el alcohol. Las drogas no tienen otra que una educación fuerte y contundente al respecto y estar en casa, los padres, siempre ojo avizor a lo que hacen los hijos, y nada mejor que mirarles a los ojos para ver si te hablan desde la realidad o desde la ficción de lo que puedan haber consumido.

En estos años de crisis, también se ha dejado de lado las campañas masivas de concienciación contra las drogas. Seguimos siendo un país donde entra a saco de todo, heroína, cocaína, hachís, marihuana, y es muy cierto que se incauta una burrada de toneladas, aunque cada vez son más sofisticados los métodos de meter droga en España con destino posterior al resto de Europa. En todo caso, lo que planteo hasta ahora está en la línea de extender todo el abanico, porque en la corta distancia quien preocupa es el trapichero que espera a la puerta de los colegios a que salgan los críos. No son tiempos buenos para sortear a la primera las tentaciones. Es más: las drogas son el mejor aliado de los fracasos o sentirse mal por motivos diferentes. El gran actor Hoffman tenía la vida hecha, los aplausos hacia su trabajo eran constantes, y con todo a su favor tomó el camino de la oscuridad. Se quedó para siempre en él. La lucha continua para que especialmente los jóvenes con menos conciencia no decidan entrar en el mismo túnel sin salida.

 

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