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PARA QUE PEQUEÑOS FUEGOS SOCIALES NO SE HAGAN HOGUERAS

Siendo la televisión el medio de comunicación más poderoso, en España siquiera basta con una simple tertulia televisiva que debata un asunto escabroso, para que se dé marcha atrás al mismo. Las grandes concentraciones ciudadanas, caminar de una ciudad a otra, e incluso las huelgas, tampoco. Llegamos así a la cuestión de lo que realmente es factible hacer como reivindicación, y lo digo porque en las últimas semanas han ocurrido incidentes importantes de orden público en varias de nuestras ciudades (pequeñas), que han encontrado además la comprensión de determinados sectores mediáticos y sociales, explicándolo como una manera de que la presión de la olla escape cuando ya está a punto de reventar. Por la oposición a la construcción de un nuevo bulevar, en Burgos se han producido disturbios. Si vemos las fotos de las últimas noches en la capital burgalesa, se puede apreciar con claridad que son muy jóvenes los que encabezan estas protestas, y que parecen juntarse al tiempo otras reivindicaciones sobre lo que sucede realmente en nuestro país.

Viendo lo que ha pasado antes con los desahucios, las protestas frente al Congreso de los Diputados y otras muchas movilizaciones, es de perogrullo sacar a colación que tenemos un problema serio con la juventud. Si no ven salidas profesionales por ningún lado, y los mensajes que les llegan de que, estudies lo que estudies en España, vas a terminar en el paro, es lógico que el desaliento y el cabreo suban de tono. No habría que confundir una situación general mala, con golpes, piedras, quemar contenedores y destrozar todo tipo de mobiliario urbano y también fachadas y cristaleras de negocios. Nadie gana con estas situaciones límites. Pero a quien le corresponde tiene que hacer lecturas rápidas y dar soluciones urgentes. No se trata de echar mano de una frase socorrida, sino de hacerla creíble. Si este año va a ser mejor que todos los anteriores, de los que es mejor no recordar nada, Bruselas y Madrid, Madrid y Bruselas, deberían tomar nota de lo que está pasando, para apagar estos fuegos antes de que se conviertan en grandes hogueras.

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