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GOODBYE A EUROPA SIN ERASMUS

GOODBYE

La Beca Erasmus toma su nombre de Erasmo de Rótterdam. Ubico al  pensador y  humanista hacia el año 1500, así nos centramos todos sobre la época que le tocó vivir. Digamos que con él llegó la libertad de pensamiento, y le daba muchas vueltas a educar al individuo no sólo para hacerle poseedor de conocimientos, sino para que fuera participe y crítico a la vez de las decisiones que otros tomaran en su nombre. Erasmo levantó ampollas que incluso llegan a hoy, según sean recordadas en el centro de Europa (donde sus ideas siguen teniendo más predicamento) que en el sur. Bien, pues decía que un buen día se decidió poner su nombre a becas universitarias que dieran la oportunidad a jóvenes – de toda condición-  a estudiar en universidades de otros países de la Unión. Una Unión que está hecha polvo con la crisis, que va más allá de lo económico, para señalar con el dedo a lo institucional y su futuro más inmediato.

España no sabe o no quiere cómo será su participación inmediata en las Becas Erasmus, que dan a nuestros estudiantes la posibilidad de estudiar en otras tantas ciudades europeas con la ayuda de la Unión Europea, el Ministerio de Educación y algunas consejerías de comunidades que aportan algo a este emprendimiento estudiantil. La unidad de los 27 países que ahora conforman la UE está resquebrajada por muchos puntos, pero si caen las Erasmus será el golpe definitivo a creer o no en una fórmula que ha venido funcionando bien desde la incorporación de nuestro país a la Comunidad Económica Europea, que es como se llamó al principio. Erasmus es el sueño que tuvo Erasmo de Rótterdam y todos los que vinieron detrás. Pero fue tras la Segunda Guerra Mundial cuando más se profundizó en el activo permanente que suponía creer en Europa moviéndose libremente por ella, y que fueran los estudiantes precisamente los que más la impulsarán. Decirle goodbye a las becas es decirle adiós al concepto de lo que es Europa y para lo que sirve a los europeos. Si nuestros jóvenes no lo llevan en su adn, la desunión aplastará definitivamente a la Unión.  La pelota está en el tejado de los dirigentes mayores del viejo continente.

 

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