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LA UNIVERSIDAD EN SU ENCRUCIJADA

 Todas las universidades españolas están atravesando el mismo desierto de falta de dinero ante el recorte a sus presupuestos que viene dado del Ministerio de Educación y de las propias autonomías donde se asientan. Por eso la Universidad de Cantabria no es una excepción, aunque choca porque es uno de los motores de impulso principales con que cuenta la región. Sus planes de una mayor internacionalización han quedado aparcados, mientras lucha por mantener calidad, profesorado y sueldos. La UC siempre ha tenido fama por sus investigaciones, pero ni siquiera el hecho de que todo el mundo la consulte (con las instituciones cántabras a la cabeza) para llevar a cabo trabajos e informes concretos, la avala para que el dinero llegue para todo lo que hace. Plantear a estas alturas de la crisis que tenemos que preservar de los recortes determinados aspectos como la educación y la formación, para mí no ha dejado de tener vigencia. Los jóvenes están excesivamente contrariados, y ha sido un error tocar también los estudios y su coste, como la mejor garantía que va a haber siempre frente al futuro laboral. 

 estudiante_Logo_universidadNuestras universidades, también la de Cantabria, están en una auténtica encrucijada porque dentro de sus presupuestos de supervivencia, muchas veces  dos más dos, ya no son cuatro. Se ha perdido la tranquilidad de antes porque el dinero ya no fluye, y quien sepa hoy cómo van a ser las cosas dentro de diez o más años, es digno candidato a recibir un Novel. Pedir más ayuda para la universidad resulta fácil de escribir. Lo difícil es cuadrar ingresos y gastos, y cuando hay cinco millones de parados sobran las bravuconadas a la hora de recomendar dónde debe ir el dinero de todos los españoles. No es contradictorio lo que digo porque sé donde quiero llegar. Quiero ir a que la educación sigue necesitando de un gran pacto nacional, ya que los planes educativos cambian parecido al modelo de un teléfono móvil por otro. La base de un país es su educación. Esto no lo discutirán jamás ingleses, franceses y alemanes y así les va de bien. Entre las doscientas mejores universidades del mundo hay tan sólo unas poquitas españolas, que por supuesto están a la cola de la lista. De cortar algo por lo sano en nuestro país, debería ser este fracaso, pero los recortes están en las antípodas de mejorar la educación. Debemos de hacer todos los posibles para sacar a nuestra universidad de su encrucijada.

 

 

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