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ALGO DIFERENTES TRAS EL VERANO

El verano lo condimentamos también a base de recapitular vidas. Algunos son afortunados, pero codician más. Los más, están seguros que va a cambiar su suerte concretada en encontrar el trabajo perdido o que aún no se ha tenido. Otros son los denominados punto y aparte, y los más hastiados son los punto y final.  Viene a significar decirle Au revoir ciertas formas de ser inaguantables, a no sufrir por sufrir, a pensar demasiado cualquier cosa, con el riesgo que tiene de que se te caiga en pelo por el estrés y la ansiedad.

Esta perra vida tiene cirliberartecunstancias a las que hay que dar un portazo definitivo en los morros. Si el verano es ilusión por el sol, el mar o el campo, los meses que le siguen son esperanzas de ver cumplidos los pensamientos que has movido de un lado a otro de la cabeza durante las vacaciones hechas realidad por trabajar u obligados al simple paseo por tu ciudad o pueblo, encañonado por una cartera que rebosa insolvencia. Durante el año, España se ha vuelto muy aburrida. Siempre hablando de lo mismo, los mismos temas una y otra vez. Reaparecen las caras de los chorizos, se hacen más famosos los abogados que defienden a delincuentes y ladrones, o el Gobierno da cifras y cifras, mientras los ciudadanos las escuchan y blasfeman más que lo mínimamente recomendado `por el pastor de su iglesia.

Buenas noticias en cascada es lo que necesitamos para que la piel más seca tras el verano de paso a la tranquilidad de que el bello no se nos erice por una puta prima de riesgo, o una nueva guerra que de un lado tiene siempre al mismo: a los Estados Unidos. Me pido que cada vez que alguien abandone el paro, le saquen su foto en algún medio de comunicación importante. Y que los niños no pasen hambre, ¡por dios!, ni tampoco los viejetes, que deben estar más y mejor atendidos porque han hecho escalera de color en el pocker de vivir como lo han hecho. Este país necesita trabajo y marcha, alegría de la sana, y dejar más de lado los debates pesados, que te quieren poner de un lado o de otro, al tiempo que impregnan todo de mala hostía porque va en el guión. Buena suerte, salud, más afecto cotidiano, y que acabe el reinado de los números que arrastran a que mucha gente viva mal, o simplemente joder al prójimo tan sólo porque es lunes. Todo esto es mejor que volver al inglés, al gimnasio contra michelines o empezar a montar una maqueta coleccionable de 8000 piezas que, por supuesto, vas a dejar de comprar al octavo fascículo. ¡A tomar porculo todo eso! Lo realmente diferente que queramos hacer está dentro de cada uno, y ya lo creo que es posible llevarlo a cabo. Basta con decir ¡sí!, si vale la pena, o ¡no!, si no es más que la porquería acostumbrada.

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