IlDivo canta a Angelina con una letra que dice “olvida todo al bailar Angelina, hasta el amanecer, o morir de sed. No existe el dolor al bailar, Angelina; todo va a salir bien, no pierdas la

fe”. Pongamos que describo a la bellísima actriz Angelina Jolie, al anunciar ante el mundo que se ha adelantado a poder contraer el cáncer que se llevó a su madre tan joven, y se ha sometido a una intervención conocida como doble mastectomía preventiva y traducida como extirpar las mamas. Tengo que reconocer que nunca he terminado de ver entera una película de A.J. interpretando a Lara Croft, una luchadora contra los malos esparcidos por los cuatro continentes. Siempre aseguramos (acertadamente) que las películas son una cosa, y la vida otra. Lo tienes todo y, repentinamente, un diagnóstico te reclama que prevengas antes de curar, o que dejes las cosas hechas y atadas porque ya no tienes tiempo para vivir más.

Tenía que ser una mujer la que hiciera semejante sacrificio personal como Jolie. Me da la razón de lo que vengo manteniendo sobre un paso por delante que nos llevan las mujeres a los hombres en el sufrimiento, y que queda representado en la violencia de género, la esclavitud, la violación, las culturas, las religiones, quitarle sus derechos o hacerle vivir bajo techos machistas donde todo para ellas es trabajo y nada libertad. Angelina destapa conciencias, levanta admiraciones de calle y no sólo de butaca de espectadores ante la pantalla de cine. La gran fama de sólo una, puede mover a millones de mujeres en el planeta para prevenir, para hacerse una simple mamografía, sin esperar a que ya sea demasiado tarde. Lo siento, lo siento mucho por Angelina Jolie, que seguirá siendo Lara Croft, porque la vida continúa. Ahora sí, Angelina es para mí una auténtica heroína y, como su canción, sabe ya que todo va a salir bien.