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PODER ESTÁ PARA CRITICARLO

¡Faltaría más! Tan claro como que ahora me veo los dedos mientras escribo, que el poder está para criticarlo. Reconozco a malas que los titulares de muchos periódicos son interesados y atienden a consignas determinadas, pero cuando se cuenta lo que pasa desde el mismo asfalto de la calle, exagerar o mentir se hace mucho más difícil. Lo es porque te topas con gentes variopintas que piden a pie de acera; porque ves los establecimientos vacíos; y porque el cartel de rebajas se ha sustituido más bien por el de liquidación total por cierre. Luego hay cuestiones que desde lo estatal se denominaba hace años la agenda del gobierno, y que ahora llaman la hoja de ruta. ¿Qué cuál es la nuestra? Pues parece ser que en España hay muchas cosas que están antes que cerrar el grifo de la crisis, la creación de empleo, y bajar el desempleo entre todos, pero quiero pararme especialmente en los jóvenes y en los parados de más de 45 años. De paso, interesa sobre manera dar una salida a las casi dos millones de familias españolas que no tienen ningún ingreso conocido, salvo el de vivir en casa de sus padres y volver a recibir la “paga” de ellos, treinta o cuarenta años después de que se fueran en busca de montar su propia vida.dónde está mi voto

Me parece a mí que la creación de nueva legislación en España, mejor explicado queda si digo cambiar leyes ya existentes, como la de educación, va por un lado, pero las que a las que de verdad interesa meter el acelerador, porque tienen más que ver con el trabajo, el desempleo, buscar el acuerdo común de todos, están en lista de espera. Los impuestos, su permanente subida, merecen un debate, porque el ciudadano no tiene dinero y el consumo sigue muerto. Los autónomos reclaman más atención dada su penosa situación, y, en gran medida, son los que tiran de este país. Una política liberal del empleo no puede bajo ningún concepto acarrear que el trabajo de un joven se base en que se busque solito la vida. Los incentivos son necesarios y para que haya empleadores juveniles, hay que poner dinero encima de la mesa. De que Alemania podía poner dinero directamente para apoyar a las pymes españolas, no se ha vuelto a hablar. Pero no deja de ser el colmo de los colmos que otro país tenga que transferirnos euros para dárselos a nuestros emprendedores. Nunca un titular fue tan ajustado: el poder está para criticarlo. Y ha quedado claro por qué. En este país, sin críticas, difícilmente nos ponemos las pilas en cambiar rápidamente los desastres cotidianos que nos ha tocado vivir.

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