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CACHULI Y LA PANTOJA NOS TOCAN LA PANDERETA

pais de pandereta blogEn muchas ocasiones se apela a que España es un país de pandereta. Significa vivir la vida por encima de todo, que yendo lo mío bien, lo demás me rebasa y paso de ello por lo tanto. De aquí viene también que quien no padece los auténticos problemas de la calle, no los puede abordar ni solucionar con conocimiento de causa. Acaba de pasar con abrir las escuelas en el caluroso verano andaluz, para dar de comer a los escolares hambrientos. Algunos lo han criticado porque sus hijos comen muy bien. De otra manera, no se entiende decir gilipolleces al respecto, que a mí particularmente me han ofendido porque este es un país donde no caben más tontos. De igual forma hemos asistido al esperpento de escuchar la escuálida sentencia para Cachuli, Julián Muñoz (ex alcalde de Marbella) y la que fue su pareja, la tonadillera que no es de mi gusto musical, La Pantoja. Hacerla gorda sale muy barato, se trate de corrupción, blanqueo de capitales, navajazos, disparos y no digamos los robos a doquier que se dan en la calle, casas y empresas. Últimamente, se pide mano dura con los protagonistas de los escraches, sin casa, sin trabajo y sin medios, como para que les espere la policía en cualquier esquina, para que no se acerquen a las urbanizaciones de los políticos que tienen que trabajar y votar las leyes que mejoren estas penosas situaciones.

A lo que se ve, las panderetas (imbecilidades) superan en España a los seis millones de parados y sus expectativas. Los juicios pendientes a los chorizos nacionales no auguran penas más severas que las de Cachuli y La Pantoja, que las van a recurrir porque no les ha gustado tan pocos años de cárcel, aunque en el caso de ella no tenga ni que pisarla. Cualquiera se queja de lo suyo y se compara a lo que le pasa a Bárcenas, nada, Urdangarin, nada, o a los hijos de Puyol, nada. Y en parte, aunque la presunción de inocencia lleva sus tiempos de abogados y juicios, tienen razón. ¿Por qué voy a cargar yo con la indignación que tiene la sociedad española cuando a este o aquel no les empapelan, y ya veremos si les llegará a suceder algo? Cambiar España es una frase tópica electoral que, de alguna u otra forma, han utilizado todos los partidos políticos. Luego, la realidad es otra bien distinta. No es otra que imponer la pandereta a la lógica de la razón y de las cosas: mientras a mí me vaya bien, ¡qué más me da que La Pantoja cante en una plaza de toros o desde la cárcel para mujeres de Alcalá de Henares!

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