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CULPABLES DEL BOTELLÓN

 Artículo publicado en el Diario Montañés el 29 de noviembre de 2012bb2

Los hosteleros se han tirado al cuello de los ayuntamientos para venir a decir que son permisivos con el botellón. Saben de sobra que no hay efectivos policiales suficientes en un fin de semana para vigilar al batallón que carga con bolsas de supermercado conteniendo botellas de Coca-Cola, vino peleón, ginebra o vodka. La concienciación divulgada no ha valido, pero la persuasión policial sí, porque yo al menos reconozco que con los pocos medios que tienen nuestras fuerzas de seguridad, con la Policía Local al frente, hacen lo que pueden. Si el botellón ya era problema de por sí, ahora nuestros jóvenes, con todos los malos augurios de un futuro inexistente para ellos que estamos presentando con la crisis, se aferran más a lo que ya venían ingiriendo. Emborracharte para pasar un sábado noche en grupos de amigos sentados en un suelo, es una solemne idiotez. Pero de esto se tienen que dar cuenta ellos que son los protagonistas de hacer de su vida una mala resaca, ayudados también por quienes les venden alcohol sin respetar los controles. Los hosteleros piensan en sus negocios, pero la sociedad en su conjunto está preocupada porque las generaciones actuales siguen la herencia de las anteriores que no conciben hacer vida social sin tener una copa en la mano. Los jóvenes ingleses, franceses e italianos, llegan en verano a España con la idea de que aquí lo mejor es beber libremente. Cuando el pensamiento extranjero va en esta línea, mal lo tienen los ayuntamientos o la policía y Guardia Civil para hacer más de lo que hacen. Nos ha tocado vivir en esta sociedad que se ha pasado de frenada en la permisividad. Hasta que no te traen al niño mamado hasta las patas a la puerta de tu casa, los padres tampoco somos conscientes del botellón. Y no es reiterar por reiterar: la educación empieza por casa, y si no te ven beber y fumar, mucho mejor, sin olvidar las reprimendas de padres a hijos por lo que está mal hacer y hay que evitar.

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