Comentario en Punto Radio. “Protagonistas Cantabria”
Las familias de los marineros del “Alakrana” están dando todo un ejemplo de lucha y búsqueda del mayor consenso político y social hacia su situación, después de que el secuestro de sus maridos, padres e hijos, haya sobrepasado la barrera de lo que es un tiempo prudencial, y además sin resultados visibles que den con su liberación. No olvidemos que el nerviosismo es comprensible por partida triple. En primer término, por el tiempo que llevan aislados del mundo estas treinta y seis personas. Segundo, porque en la misma zona y por piratas similares, hay barcos que llevan secuestrados en puertos siniestros más de seis meses. Y tercero, porque las amenazas de los piratas suben cada vez más de tono, han logrado poner en jaque a los armadores e incluso a una Justicia y Diplomacia que ahora se ve en la hora de la verdad.
Se haga lo que se haga con el “Alakrana” no va a ser comprendido por todas las partes ni mucho menos. Por eso sería bueno que los pasos que se den en España estén realmente consensuados, que es lo que más gritan las familias con toda la razón, ante lo imprevisible de una solución de rescate militar. En este sentido, cabe preguntarse lo que hubieran hecho ya países como Estados Unidos, Francia o Inglaterra. Pero no hay que olvidar tampoco que estas potencias militares se han visto ya en otras semejantes, y no siempre han antepuesto la fuerzas de sus ejércitos a la terminación radical del conflicto. Hoy, con lo que llueve en Afganistán, en Irán, en Israel o Palestina, y con la creciente amenaza del terrorismo en todas partes, hoy, los países con miras creen más en las soluciones diplomáticas. En ocasiones no gusta oírlo así, pero no por ello es una verdad que pierda fuerza. También hay, claro, otras muchas personas que se muestran partidarias del uso de la fuerza y no dejan de llamar a las emisoras para hablar de los boinas verdes. No obstante, es más fácil pensarlo y desearlo que muchas veces llevarlo a la práctica. De todas formas, la diplomacia española y con ella el Gobierno de España se la juegan en este envite. Porque es unos cuantos piratas canallas nos tienen en solfa desde el minuto uno de este secuestro, lo que resulta también muy difícil de digerir por la opinión pública española e internacional. Conjugar la liberación de nuestros marineros sin que el Gobierno pierda crédito, está en la base del gran dilema que supone desembarcar ya del “Alakrana”.