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LA ODISEA DE LA VUELTA AL COLE

El Diario Montañés. 25 de septiembre de 20011. Artículo sobre la conciciación de la vida laboral, familiar y personal en España.

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Ya sé que lo primero es aprender que los antiguos griegos creían que el mundo estaba controlado por dioses, diosas y otras criaturas sobrenaturales. O, más para acá,  y hablando de energías, que la madera ha sido sustituida por el carbón, el petróleo, la electricidad o la energía atómica. Lentamente, las energías renovables van entrando también en los libros, imprescindibles para la vuelta al cole tras acabar las vacaciones de verano, y que los injustamente denostados profesores enseñen apoyados en las páginas que hablan de matemáticas, química, física, ciencias sociales y naturales, lengua o idiomas. Cada septiembre es lo mismo. Libros demasiado caros, que no siempre valen para que otro hermano los utilice, y luego está el uniforme, el chándal para la gimnasia, y me he dejado la renovación de materiales, desde la goma, a las tijeras, la regla y el cartabón. Todo un dispendio para muchas familias, y eso que hasta ahora sólo toco lo material y no la falta de tiempo de los padres trabajadores para atender mejor a sus hijos  en lo que van a ser sus nuevas clases y horarios. De hecho, la idea para este artículo me la proporciona la conversación con una madre trabajadora que, pese a regentar sola su negocio, la primera semana de clase de su pequeña hija tiene que ir a recogerla a una hora, la segunda a otra hora distinta y la tercera, a otra totalmente diferente. Cree que su trabajo y sus ganancias se ven mermados, aunque le queda el consuelo de ser autónoma porque de trabajar para un empresario, tal y como están las cosas, ya la habían puesto de patitas en la calle. La conciliación de la vida laboral y familiar tiene clases también en España. O sea, que depende de dónde trabajes y cómo estén regulados los permisos. No crean que por el hecho de ser Administración, que es la que más debiera de cumplir la Ley, la conciliación se da por hecha. Por regla general, en nuestro país ha costado mucho tiempo acomodar trabajo y cuidado de los hijos, y en eso se continua ya que especialmente muchos padres, aunque miro más a las madres, lo siguen teniendo realmente difícil para pasar más tiempo con sus hijos y mirar por su educación y sus cuidados cuando la mayor parte del día lo pasan trabajando.  Digo lo de mirar más hacia las madres, porque los papás continuamos tomando conciencia de que los hijos son también nuestros, y que debemos de poner nuestra mitad en levantarlos, llevarles al colegio, irles a buscar, hacer con ellos los deberes, no sin antes haberles dejado satisfechos con una buena merienda que les preparemos.

La corresponsabilidad en que la conciliación sea un hecho real y cotidiano es cosa por tanto de las Administraciones, de las empresas y también de las familias, de los padres, y que, por supuesto,  la madre puede contar siempre con su pareja. Hacerle un chequeo al estado actual de la conciliación en España, incluidos los horarios y las exigencias de los colegios, es aprobar en algunas cuestiones, suspender en otras, y mejor no hablar en casos concretos. Por ejemplo, de una buena conciliación se desprende una paternidad responsable, echando mano de los permisos que corresponden a los trabajadores. Aquí vamos a poner un aprobado. Sobre el hecho que dedicarte más a tus hijos, no debe ser un impedimento para promocionar laboralmente, suspenso. No creo que haya muchas empresas en nuestro país que asciendan a trabajadores que llevan una vida bien combinada entre el curro y el hogar. En la esencia de la conciliación de la vida laboral, familiar y personal está también tener más tiempo para el ocio. Suspenso también. La crisis ha venido a empeorar mucho más este aspecto, porque los trabajadores meten más horas sin cobrarlas y también por temor a que la empresa les empiece a mirar de reojo por salir a su hora. De hecho, ahora hay mucho miedo al paro y ansias de conservar el trabajo, lo que lleva a muchos profesionales a descuidar más sus quehaceres caseros para centrarse casi exclusivamente en la oficina, la fábrica, la tienda, o en la empresa de servicios al cliente de todo tipo en la que formas parte de la plantilla. Europa siempre ha sido mucho de velar por los derechos individuales, pero ahora sólo se cuida de las finanzas. Con todo, siempre ha habido países que son un ejemplo a seguir en la relación trabajo y lo demás de la vida que no es trabajo. Las condiciones laborales en Noruega, Suecia, Suiza o Dinamarca velan mucho por la familia, y, con la crisis, más. Yo no metería a España en esta lista de países punteros en los logros de la conciliación. Seguimos en ello, como aquello otro de Larra del “vuelva usted mañana”. Para la madre trabajadora sigue habiendo demasiados impedimentos, y en esta época de inicio de colegios, los problemas aumentan. Pienso que también es debido a que siempre hemos sido un pueblo en que cada cual piensa lo primero en sí mismo. Las empresas van a lo suyo, los trabajadores tienen que hacer su labor, y el sistema educativo y los colegios y sus programas de estudios, están en hacerlo como crean conveniente, aunque muchas veces no coincida con las exigencias de las empresas y los horarios de sus empleados.  Si como odisea se explica el conjunto de dificultades que pasa una persona para conseguir un fin determinado, entonces he elegido bien el título de la odisea de la vuelta al cole.

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