El tiempo es de quien lo aprovecha mientras que aprovechar el tiempo perdido es otro cantar mucho menos gozoso. La vida, lo mismo se marca por ciclos económicos, que por legislaturas políticas, por cambios en la programación de la radio y la televisión tras el verano, por trabajar más y ganar menos, pero lo cierto es que en cualquiera de estos escenarios todo se pasa volando. Una mente abierta y despejada es el mejor antídoto, antes de acostumbrarte tediosamente a que tras un día viene otro o que casi siempre haces lo mismo. La estocada mortal contra aquello que más valoramos, queremos y amamos se llama aburrimiento. Le teoría contraria a no hacer nada se piensa mucho, pero otra cosa es tocar el techo de nuestros mejores pensamientos porque está sociedad se ha hecho a base de encontrar trabajo, tener éxito, ser pertinaz consumistas, beber y alternar y tener una docena de zapatos en el armario.
Las chorradas que se leen sobre los ejemplos sociales no tienen límite. Los medios, acosados terriblemente por la crisis de lectores, ya no saben qué contar ni sobre quién. La realidad es que el tiempo pasa para todo y para todos. Sí, este tiempo es de los jóvenes como un buen día yo tuve el mío y lo quise aprovechar con todas mis fuerzas, deseos y tesón. Robarle a un joven sus sueños es la mayor cerdada que conozco. Nos dicen que llevará tiempo darles oportunidades, pero nadie está preparado para llegar a los cuarenta años y que su vida sea un sinsentido de inestabilidades.
Las letras de muchas de las canciones de aquella Operación Triunfo son una auténtica chorrada. Más me preocupa que Pablo Milanés hable de que cuando “el tiempo pasa nos vamos
poniendo viejos, el amor no se refleja como ayer, y a todo dices que sí y a nada dices que no”. Un mal día lo tiene cualquiera, querido Pablo, pero lo tonto es hacerlo mal a posta, y joder la marrana de quien tienes a tu lado. El lujo completo en vida es expresarse con una mínima belleza. Cuando las agujas del reloj se anteponen a los sentimientos, sean pequeños o grandes como el amor, el tiempo sí que pasa sin remedio.