Todo lo relacionado con el fútbol y los grandes clubs genera mucho ruido, con más razón si se trata de gritos racistas proferidos por odiadores confesos hacia jugadores de color. Deben ser expulsados de los campos y puestos a disposición judicial. Vinicius lanzó la piedra sobre que España es un país racista, y el debate de si lo somos o no está candente. No ayuda que los insultos xenófobos se sucedan. Resta también que cada vez tenemos más inseguridad jurídica,