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Miguel del Río Martínez

Cuando acabe de leer esta opinión cerrará un bar de pueblo

El declive definitivo de los pequeños pueblos, aquellos en los que habitan menos de 200 vecinos, llega cuando echa el cierre definitivo el único bar con el que contaban. El gran abandono, haciéndoles sentir que no importan, bien que se lo ha hecho notar la banca, en su huida mediante el cierre de toda sucursal. Poco sentido tiene también un pueblo sin un banco o caja de ahorros cercana. No lo pienso yo, lo sienten ellos como habitantes incluidos en

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