Predestinados a la envidia
Es cansino pensar que llevamos en sangre o junto a las neuronas cerebrales un componente llamado envidia, que nos acompaña desde que nacemos hasta que faltamos. El retraso ancestral que arrastramos en cuestiones de empresa, sobre todo de educación y cultura, pero también de estar en sociedad como gente sana, amena, divertida y que da paso, viene también de lo envidioso. Me repugna la envidia, sobre todo porque lucho interiormente contra ella desde que tengo uso de razón. Hasta hoy,