ATAÚLFO ARGENTA POR GENERAL MOLA
Sería manipulador negar que a los vecinos de una calle no les hace pizca de gracia que les cambien su nombre, porque uno que lo ha vivido llegó en varias ocasiones a recordar a los parientes de quienes toman este tipo de decisiones, por los inconvenientes burocráticos que genera el acuerdo. En un país donde todo el mundo se mete con el papeleo y nadie hace nada por erradicarlo, resulta fácil incomodar a los que viven donde antes se llamaba calle