CHORIZO RICO, CHORIZO POBRE
El sistema judicial español se puede ya mirar tranquilamente en ese espejo de las series de televisión americanas, donde el delincuente rico, defendido también por un abogado de alto nivel de vida, tiene grandes posibilidades de acabar libre, al contrario que el delincuente común. Nada se puede objetar a tener dinero y contratar los mejores servicios jurídicos, hasta que el asesino que se sabe culpable es declarado inocente, y el que roba una gallina, condenado a un año de prisión.