¡¡¡BUENOS DÍAS HAITÍ!!!
¡Buenos días Vietnam! es una película que protagonizó Robin Willians, en la que hacía de locotur radiofónico, y al sentarse diariamente frente al micrófono y abrirlo, gritaba: ¡¡¡¡buenos días Vietnam!!!, país desde el que emitia su programa principalmente para el ejercito noarteamericano. Sin tener nada que ver un lugar con otro, me viene a la memoria aquella buena película porque a Haití, ninguna radio le da diariamente los buenos días, nada más abrir sus micrófonos para informarnos de lo que pasa por estos lares y en el resto del mundo.
La prensa de papel reproduce esta semana imágenes terribles de Haití, de sus ciudadanos, tirados en la calle como desperdicios, desnudos, muriendo de cólera, sin asistencia, con viandantes que pasan junto a estas personas abandonadas, aunque nadie se para a prestarles la mínima ayuda. Haití vive en el olvido, en la desidia, y los haitianos se sublevan cada día más contra la ONU. Yo ya lo estoy hace años, pensando como pienso que mejor cerrarla y abrir algo más eficaz, menos burocrático y también más transparente en datos, números y personas que dicen lo que van a hacer, y comprobar después que, efectivamente, lo hacen. En la mayoría de las veces…, simplemente, palabras y más palabras. Mientras, la gente se muere. Hay un terremoto, la llegada de la ayuda es dudosa, a quién se la entregan: como siempre, y los supervivientes enferman de cólera. Se empieza por varios casos; se dice que no va a ir a más; y ya es una epidemia de aupa con más de 1.100 ciudadanos del mundo, en este caso haitianos, muertos, dejados y olvidados a su suerte.
En realidad, esta es la situación. Por eso no se dice ¡buenos dias Haití!, en ninguna radio. Es un país que no tiene nada que aportar, salvo la miseria. Con razón creen que están apestados: Que todo lo que les ha pasado es malo, y lo que pueda seguir irá a peor. ¡Que ejemplo estamos dando de nuevo! Los Gobiernos y los gobernantes, demasiado ocupados con la crisis, para pararse a ver dónde cae en el mapa Haití. Me voy a oblitgar a empezar de cuando en cuando mis escritos con ese grito de ¡¡¡buenos días Haití!!!
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